El piloto riverense tuvo una notable gestión en el autódromo fronterizo.
En el autódromo “Eduardo P. Cabrera” de Rivera se disputó la penúltima fecha del certamen nacional de pista, correspondiendo en el caso de la categoría Superturismo a la séptima de las ocho fechas pactadas en el calendario.
Fue un fin de semana complicado por diversos factores, poniendo en dura prueba a la organización de la Asociación Uruguaya de Volantes, la que superó con muy buena nota al haber podido encauzar todo de la mejor manera y sacar adelante una programación que tuvo un desarrollo difícil y entrecortado.
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Hubo que comenzar con lo acontecido en la madrugada del viernes, cuando un fortísimo temporal se abatió sobre Rivera, provocando enormes destrozos en las instalaciones del autódromo, principalmente en la zona de boxes con la voladura de carpas y elementos de los diversos equipos, lo que obligó a que en la mañana del viernes se viera todo postegado para poder efectuar las reparaciones correspondientes.
Y luego comenzaron a surgir problemas con el piso del circuito, que en varios sectores comenzó a degradarse, con el resultado de una mínima adherencia, lo que provocaba infinidad de inconvenientes a los pilotos y ponía en riesgo el normal desarrollo de la actividad. Fueron arduos los trabajos que se realizaron, tratando de darle una normal adherencia al piso, lo cual se logró al punto que se pudo concretar toda la actividad, aunque sin tener el piso al ciento por ciento de normalidad.
De todas maneras, se salió adelante y el numerosísimo público que se hizo presente en el autódromo fronterizo pudo disfrutar en gran forma de un muy buen espectáculo.
Fabricio Larratea tuvo un fin de semana soñado, envidiable, ganando todo, dominando de principio a fin, rubricando con una contundente victoria una notable gestión que le permite colocarse como serio aspirante en la lucha por el título.
El riverense dominó con su Hyundai, las tres tandas de clasificación, en su serie logró la victoria y en la final se alzó con un triunfo categórico y contundente que lo catapulta a la posición de escolta en el certamen.
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El riverense dominó la clasificación, consiguiendo el mejor tiempo en las tres tandas, como para no dejarle dudas a sus rivales de que iba a ser un candidato de primerísimo nivel para quedarse con la victoria final.
En clasificación, Larratea marcó 1’ 25” 570. Fernando Etchegorry (Citroën) quedó segundo a 137/1000, seguido por Daniel Ferra (Ford) a 408/1000. Más atrás se ubicaban Rodrigo Aramendía (Peugeot), Jorge Pontet (Ford) e Ignacio Paullier (Citroën).
La gran sorpresa de las tandas de clasificación era que el líder del certamen, Fernando Rama (Peugeot) quedaba eliminado en la segunda “qualy”, sin poder estar entre los diez mejores de las clasificaciones del fin de semana. Mal presagio para el piloto del “león francés”.
La primera serie, que por los inconvenientes expresados líneas arriba se tuvo que disputar en la mañana del domingo, tuvo primero en la pista a Rodrigo Aramendía con el Peugeot, pero fue penalizado por haberse adelantado en la largada, por lo que cayó a la tercera posición.
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El triunfo fue entonces para Etchegorry, escoltado por Paullier, con Aramendía tercero. Rama fue penalizado por un toque a Eddy Mión quien, a su vez, también tuvo un recargo por adelantamiento.
La segunda serie la dominó Larratea de principio a fin, demostrando una vez más que tenía un auto contundente y que era firme candidato a la victoria. Ferra fue segundo y Pontet tercero.
Larratea largó primero la final, con Etchegorry como escolta. Luego largaron Ferra, Paullier, Pontet y Aramendía.
La final fue un monólogo de Larratea, ganando de punta a punta, dominando sin problemas y dándole una enorme alegría a su gran hinchada, que disfrutó a pleno con la victoria de su ídolo.
Al comienzo, Ferra se ubicó como escolta, superando a Etchegorry y trató de pelear el liderazgo, pero no pudo y comenzó a conformarse con el segundo lugar, ilusionándose con subir al podio.
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Atrás se encolumnaban Etchegorry, Pontet y Paullier, mientras Rama ganaba varias posiciones y Eddy Mión (Renault) también se venía para adelante, mientras se producía el abandono de Pontet.
Larratea se distanciaba cada vez más de sus perseguidores y Ferra se consolidaba como escolta, con Etchegorry en la tercera posición.
Rama se iba a boxes, pero reingresaba a la carrera. Mión alcanzaba la quinta posición y seguía hacia adelante. Luego se producía el definitivo abandono de Rama y ya todo parecía estar definido.
Pero a falta de una vuelta, el auto de Ferra tenía problemas con el sistema de combustible y lo obligaba a abandonar, cuando ya estaba prácticamente con la bandera a cuadros a la vista. Una pena, realmente por todo el esfuerzo que había realizado y porque iba a cosechar su mejor labor de la temporada.
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Finalmente fue victoria de Larratea. Holgada, amplia, sin inconvenientes, muy festgejada con su público. Una victoria que lo vuelve a meter en la pelea por el campeonato, quedando como escolta de Rama y desplazando a Paullier al tercer lugar.
Etchegorry terminó en la segunda posición y Mión subió al tercer escalón del podio, justo premio para el esfuerzo y sacrificio de este piloto, que nunca baja los brazos y que suma un gran aliciente para el futuro.
La lista de los seis primeros se completó con Daniel Fresnedo (Peugeot), Alfredo Mariño (Hyundai) y Federico Ensslin (Peugeot).
Por Nelson Vicente
