La próxima edición del Salón del Automóvil de París no va a contar con la presencia de cuatro importantes marcas: Rolls-Royce, Aston Martin, Ford y Volvo, las que por diversos motivos, estarán ausentes en la más importante muestra de la industria automotriz de este año.
Cada una de ellas tiene sus razones particulares y en algún caso, marcan un camino que puede comenzar a ser transitado por otras empresas en el futuro.
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Todos esos motivos son muy atendibles y en algunos casos indican un cambio de rumbo, mientras que en otros señalan una nueva tendencia en relación a marketing y publicidad.
Y esto no es para nada llamativo, al contrario de lo que podría haberse pensado en anteriores ediciones, no solo del Salón de París, sino de otros de similar importancia, cuando la ausencia de alguna de las más importantes marcas a nivel global podría indicar señales de crisis financiera, una campaña de difusión más austera o la falta de novedades importantes, como para poder armar un stand llamativo y apreciado en base a los nuevos modelos presentados.
En algún caso, todo pasa por el uso de internet, con la modernización de los sistemas de comunicación, entre los que las redes sociales ocupan un lugar preponderante, de primerísima importancia.
Por eso, en el caso de algunas empresas, sus responsables han decidido no invertir fortunas en armar un stand para la presentación de sus novedades, sino que prefieren utilizar esos millones de dólares que les quedan libres, para dedicarlos a actividades de mayor difusión, con un superior alcance promocional por intermedio del uso de las diversas opciones disponibles a través de internet, para de esa manera generar una mayor llegada al público en general.
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Pasando puntualmente a los cuatro casos que nos ocupan en esta nota, Rolls-Royce es la marca a la que quizás menos rendimiento y mayores costos le ocasiona su presentación en un salón.
La emblemática casa británica sabe muy bien a qué público debe dirigirse y de ahí que la mayoría de sus trabajos promocionales se enfoquen a estar presentes solamente en eventos de alto nivel, en las principales ciudades del mundo o en los más selectos balnearios.
La nueva estrategia promocional de Volvo indica que la marca sueca tiene previsto estar presente en eventos muy puntuales, con menos competencia en directo de otras marcas, con la finalidad de lograr una mayor y más directa comunicación con sus potenciales clientes.
En el caso de Aston Martin, ha sido una marca que se ha mostrado algo reacia a estar presente en los distintos salones y sucede algo similar a lo que acontece con Rolls-Royce. Todo indica que no les interesa estar en estas grandes exposiciones de la industria automotriz mundial, con gastos millonarios que muchas veces son improductivos dada su relación costos/beneficios, pudiendo tener mejores y más diversas maneras de hacer conocer sus novedades más directamente a los usuarios.
Pasando a Ford, la compañía estaría embarcada en un ambicioso programa global de pruebas de manejo y presentación de modelos país por país, con lo que la casa del óvalo estima que puede lograr mayores réditos y mejor relacionamiento con los clientes que en la presentación en los salones.
Como puede verse, cada marca tiene su particular estrategia, su propio estilo de pensar y actuar y por supuesto que a todas ellas las asiste la razón de realizar lo que más le convenga o se adapte a sus necesidades.
Pero eventos de tanta atracción, difusión y captación de público como el Salón del Automóvil de París, son únicos e irrepetibles.