Nelson Vicente – Contacto: [email protected]
La vida de Colin McRae siempre fue un fiel reflejo de su manera de conducir y de competir, al todo o nada, al límite, y muchas veces un poco más allá del límite también, siempre jugado, siempre exigido, sin escatimar nada, ignorando riesgos y peligros, pasional, temperamental y espectacular, con un estilo único e inconfundible que rápidamente le permitió ganarse el aprecio del público y el favoritismo de los fanáticos.
No en vano, algunas de sus frases de cabecera eran: “siempre el pie a la tabla y, ante la duda, darle a fondo” y “las rectas son para los autos veloces, las curvas para los pilotos rápidos”. Era el típico ejemplo del piloto “champagne o suero” y prueba de ello es que se ganó el apodo de Colin Mcrash por la enorme cantidad de choques, vuelcos y salidas de ruta, la mayoría de las cuales terminaron con sus autos completamente destrozados…
Su padre, Jimmy McRae, ganó cinco veces el Campeonato Británico de Rally, por lo que no fue casualidad que desde muy niño Colin sintiera una muy particular atracción por los deportes motorizados, al igual que su hermano Alister, quien también fue piloto de rally.
A los nueve años, ayudado por su abuelo, Colin armó una Honda de 75 cc que su padre tenía guardada. Viendo la situación, Jimmy lo llevó a competir al certamen escocés “Schoolboys”, en el que Colin no tardó en destacarse, ganando el título en su primera temporada de competencia.
Así se inició la clásica escalera rumbo a categorías más potentes e importantes y con 13 años ganó el Campeonato de Escocia Junior en la categoría “Scrambles”, al mismo tiempo que también corría en motocross.
Pero llegó el momento en el que Colin tuvo que tomar una de las más trascendentes decisiones de su vida: seguir corriendo en moto o pasar a competir en automovilismo.
La decisión no se hizo esperar. Vendió su moto y ayudado por su padre compró un Mini con el que comenzó a competir, pasando luego a un Talbot Sunbeam Lotus con el que se rápidamente se destacó en el Campeonato de Rally de Escocia, hasta que, finalmente, se dio el gusto de debutar en el certamen mundial en 1987 con un Vauxhall Nova (Opel Corsa), en el Rally de Suecia, pasando luego a utilizar un Ford Sierra.
En 1991 se incorporó al equipo Subaru para disputar el certamen británico, en el que se consagró campeón ese mismo año y también en 1992.
La primera victoria de McRae en el mundial fue en el año 1993 en el Rally de Nueva Zelanda, la que fue también el primer éxito del equipo oficial Subaru Prodrive en el campeonato del mundo.
Con el correr de los años, McRae se fue volviendo un especialista en ganar las fechas más duras y exigentes del mundial, como el Rally de Acrópolis y el Safari Rally de Kenya.
En 1995, en un año que se caracterizó por la exclusión del equipo Toyota por haber corrido con un turbo fuera de reglamento, luego de una ardua batalla a lo largo de toda la temporada con su compañero de equipo Carlos Sainz, el escocés obtuvo el campeonato mundial, siendo, en ese momento, el piloto más joven en lograr el título.
Y ese año Subaru consiguió el primero de los tres campeonatos mundiales de constructores logrados en forma consecutiva, en todos los cuales McRae fue destacado protagonista. El escocés fue vice campeón del mundo en 1996 y 1997.
En 1998 pasó a Ford, marca con la que fue vice campeón en el año 2001.
Luego, en 2003 concretó su última temporada completa en el mundial de rally, integrando el equipo oficial Citroën.
En 2004 disputó dos fechas con un Skoda Fabia, mientras que en 2006 sustituyó en el equipo Kronos Citroën a Sébastien Loeb en el Rally de Turquía, siendo esa su última presentación en el certamen mundial.
En total disputó 146 competencias, logrando 25 triunfos y subiendo al podio en 42 oportunidades.
Fue el primer británico campeón mundial de rally
En el Campeonato Mundial de Fórmula Uno los pilotos británicos se destacaron rápidamente desde la primera década y prueba de ello son los títulos obtenidos por Mike Hawthorn, Graham Hill, Jim Clark, John Surtees y Jackie Stewart.
Pero en el mundial de rally hubo que esperar más de dos décadas desde su creación, en 1973, hasta 1995, para que un británico se consagrara campeón, y ese fue Colin McRae, a quien luego sucedió Richard Burns en el año 2001.
La conquista del título mundial por parte de McRae estuvo rodeada de ásperos momentos en la interna del equipo Subaru y en su relación con su compañero de equipo Carlos Sainz.
El español había comenzado muy bien la temporada con dos victorias, pero una caída de su bicicleta le provocó lesiones que le impidieron participar en Nueva Zelanda, donde ganó el escocés. En la penúltima fecha, en Cataluña, el jefe de equipo, David Richards, dio la orden de conservar posiciones, lo que le permitió ganar a Sainz, quedando ambos igualados al tope del campeonato con 70 puntos cada uno, debiendo recordarse que el equipo Toyota había sido descalificado del campeonato por un turbo fuera de reglamento.
En Gran Bretaña Sainz lideraba, mientras McRae se reponía de una pinchadura y de problemas con la suspensión. Colin ganó seis de las siete pruebas especiales de la penúltima etapa y pasó a liderar, para finalmente ganar por 36 segundos, consagrándose campeón mundial.
También corrió el Rally Dakar y las 24 Horas de Le Mans
La pasión de McRae por la velocidad y la adrenalina al máximo no conoció prácticamente límites y prueba de ello es que, además de haber corrido en motociclismo de pista, motocross y rally, también tomó parte de las 24 Horas de Le Mans y del Rally Dakar.
En el rally más duro y exigente del mundo participó en dos ediciones, la de 2004 y la de 2005 y en ambas logró ganar dos etapas en cada una. En la de 2004 culminó en la vigésima posición, mientras que al año siguiente debió abandonar en la sexta etapa, producto de un durísimo accidente.
En el año 2004 el equipo Prodrive fue el encargado de presentar los modelos Ferrari 550 en las 24 Horas de Le Mans para competir en la Clase GTS frente a los poderosos y dominantes Chevrolet Corvette. La gran sorpresa fue la inclusión de Colin en el auto número 65, como compañero de equipo de Darren Turner y Rickard Rydell. El escocés salvó su debut (y única presentación) en Le Mans, con muy buena nota, al culminar en la tercera posición de la categoría, por detrás de los Corvette oficiales.
El absurdo accidente en helicóptero
Como lo había hecho infinidad de veces, el 15 de septiembre de 2007 Colin McRae salió a volar en su helicóptero, un Eurocopter AS350 que era de su propiedad. En el vuelo lo acompañaban su hijo Johnny (de cinco años de edad), su amigo Graeme Duncan y otro niño, Ben Porcelli, amigo de Johnny.
Por causas que no terminaron de establecerse oficialmente, el helicóptero cayó en una zona boscosa a menos de dos kilómetros de la localidad de Lanark, cerca de la casa de los McRae, falleciendo los cuatro ocupantes. Informes preliminares indicaron que el helicóptero volaba a muy baja altura y lo hacía imprudentemente. Además, Colin tenía vencida su licencia para pilotar helicópteros.
Así terminó, a los 39 años, la vida de Colin McRae, un piloto que se forjó un lugar de privilegio en la memoria de los aficionados.
Un piloto que en 1996 fue nombrado, por la reina Isabel II, miembro de la Orden del Imperio Británico.
Su popularidad alcanzó límites insospechados y prueba de ello fue el famoso videojuego Colin McRae Rally, uno de los más exitosos y apreciados por los fanáticos. Además, el salto más famoso del Rally de Suecia se llama “Colin Crest”.