Es una carrera diferente la del Principado


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Es una carrera diferente la del Principado
El entorno del gran premio es espectacular. Foto: EFE.

Si a un piloto de Fórmula Uno se le pregunta cual gran premio quiere ganar, seguramente, en más del 90 por ciento de los casos, además del de su propio país, (si eso es posible), elegirá al Gran Premio de Mónaco.

Y esto no es por casualidad, sino que la competencia monegasca, además de ser única en su tipo por su particular entorno, entraña aspectos muy especiales que la hacen exclusiva e inigualable en el ámbito del automovilismo deportivo mundial.

El clima que reina en Mónaco a lo largo de todo el fin de semana, una programación especial comenzando con la actividad el día jueves, el tipo de circuito, el muy particular diagrama de la pista, sumamente tortuosa e intrincada, pasando por emblemáticos sitios, transitando a orillas del Mar Mediterráneo, plenos de charme y glamour, son algunos de los elementos que hacen que el gran premio monegasco no tenga igual.

A todo eso hay que sumarle el hecho de que, por todos estos aspectos que acabamos de reseñar, más la presencia de representantes de la realeza y de las más altas esferas del jet set, ganar en Mónaco sea algo muy especial e inolvidable para quien lo consigue.

Y eso no es algo exclusivo de la actualidad, sino que se ha ido generando e implementando a lo largo de las distintas ediciones. 

Ayrton Senna es el máximo ganador del Gran Premio de Mónaco. Foto: AFP.

No en vano este circuito es considerado como uno de los más emblemáticos y característicos del mundial de Fórmula Uno, categoría en cuyo calendario ha estado presente desde la primera edición del certamen, en 1950.

Pero la historia del Gran Premio de Mónaco comenzó antes, mucho antes, del inicio de la era de la Fórmula Uno moderna.

El circuito original se diagramó a mediados de la década de 1920, siendo su principal propulsor Anthony Noghés. Aunque parezca increíble, el diagrama se ha mantenido con el paso de las décadas, siendo prácticamente el mismo que se utiliza en la actualidad.

La primera competencia, disputada en 1929, la ganó William Grover, con un Bugatti 35. Con el paso de los años, el prestigio y el interés generados por la carrera disputada en el Principado, fueron creciendo en forma permanente, dotando a la competencia de una muy especial atracción, tanto en lo que se refiere a los participantes, como también a los aficionados.

Como dato a señalar,  por una cláusula especial y específica del certamen mundial, el Gran Premio de Mónaco es el único del calendario que no llega a contar con los 300 kilómetros que se exigen en una fecha válida por el campeonato del mundo. Esto se debe a que, por el intrincado diseño de la pista, el promedio de velocidad es muy bajo, superando apenas los 150 kilómetros por hora, por lo que si se exigiera el mismo recorrido que otros grandes premios, el tiempo total de carrera sería demasiado extenso. Por eso, la carrera está pactada a 78 vueltas al circuito que tiene una extensión de 3.377 metros, completándose poco más de 260 kilómetro de recorrido.

Pasando a los antecedentes del campeonato del mundo, el gran premio de 1950 lo ganó el argentino Juan Manuel Fangio con un Alfa Romeo. Luego de un breve receso, la carrera monegasca volvió al calendario mundialista en 1955, estando en forma ininterrumpida en el certamen mundial hasta que el año pasado se canceló su realización por la pandemia de COVID-19.

El máximo ganador del Gran Premio de Mónaco es el brasileño Ayrton Senna, con seis triunfos. El británico Graham Hill y el alemán Michael Schumacher obtuvieron cinco victorias cada uno.

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