Carlos Sainz acaba de cumplir 59 años de edad, el pasado lunes 12 de abril, y, cuando mucha gente piensa en retirarse de su actividad para dedicarse a descansar y tener más tiempo libre, el “Matador” mantiene firme su pasión por la velocidad y los desafíos, encarando nuevos proyectos, apostando a lograr más victorias y dejando en claro que todavía tiene mucho para dar y le quedan muchos kilómetros por recorrer.
Desde muy joven se vinculó al deporte, y con 16 años se consagró campeón español de squash, habiendo practicado también otros deportes, como el fútbol, tenis, motocross, esquí y también el golf.
Pero su pasión tuerca lo hizo dejar todo de lado, incluso sus estudios de abogacía, para dedicarse de lleno al automovilismo deportivo, debutando en diciembre de 1980, a bordo de un Renault 5 en el Rally Shalymar, válido por el certamen español. Al año siguiente ganó la Copa Nacional Seat Panda y participó en pista con un R5 de la Copa Renault Iniciación, terminando en segundo lugar. En 1982 ganó ese certamen.
Poco a poco Sainz comenzó a destacarse en el automovilismo español, ganando carreras y prestigio, por lo que quedó como piloto oficial Renault. En 1984 diversificó su actividad, por lo que al rally le sumó su participación en el Campeonato de España de Autos de Producción con Ford, participando también en la Fórmula Ford 2000 británica. En 1985, como piloto oficial Renault fue vice campeón del certamen español de rally, despidiéndose de la marca francesa al año siguiente, para pasar a correr con Ford desde 1987, debutando en el campeonato mundial, ya con Luis Moya como copiloto. Ese año fue campeón de España de rally con un Sierra Cosworth, título que revalidó al año siguiente.
En 1989 Sainz se abocó únicamente al rally mundial, siendo piloto Toyota.
Al año siguiente, iba a ser el momento de comenzar a cosechar los frutos de su experto accionar, al obtener su primera victoria en Grecia, consagrándose campeón del mundo con Toyota. En ese tan especial año 1990 el madrileño también logró coronarse en el certamen Asia-Pacífico, mientras que en 1991 quedó en el segundo lugar del máximo certamen.
En el año 1992 Sainz recuperó el título mundial, nuevamente con Toyota, despidiéndose de esa manera en forma exitosa de la marca japonesa a l final de la temporada, para pasar a competir con Lancia desde el año 1993. Su relación con Lancia, equipo en el que fue compañero de Gustavo Trelles, duró una sola temporada y a partir de 1994 corrió para Subaru, hasta que en 1996 pidió pase para Ford, donde también estuvo dos años, retornando a Toyota en 1998. En el año 2000 volvió al equipo Ford, manteniéndose por tres temporadas, hasta que fichó por Citroën para el campeonato del mundo del año 2003. La última temporada completa del “Matador” en el mundial de rally fue la del año 2004, despidiéndose oficialmente. De todas maneras, a solicitud de Citroën, a los efectos de ayudar en el desarrollo del auto, participó en dos fechas del certamen de 2005.
En total disputó 196 carreras, de las cuales ganó 26, subió al podio 97 veces y ganó 756 pruebas especiales.
Luego de haberse retirado del Campeonato Mundial de Rally, Carlos Sainz encaró una nueva etapa en su destacada y exitosa trayectoria en el automovilismo deportivo, pasando a competir en rally-raid.
Dentro de su nuevo proyecto deportivo, en el año 2005 el madrileño firmó contrato con el equipo Volkswagen debutando en el Rally Dakar en la edición del año 2006, en la que ganó cuatro etapas, demostrando su total vigencia y su gran capacidad de adaptación a una carrera tan dura y exigente como lo es el Dakar, que en aquel momento se disputaba en África. Al año siguiente, participando de la Copa del Mundo de Rally Cross-Country, en el Rally Transibérico logró su primer triunfo en esa disciplina, obteniendo al título al final de la temporada.
Paulatinamente, Sainz fue convirtiéndose en uno de los referentes del rally-raid, siendo un gran protagonista y en 2009 ganó el Rally dos Sertoes en Brasil.
En el año 2010, (ya en América del Sur) ganó por primera vez el Rally Dakar a bordo de un Volkswagen Race Touareg, mientras que en el año 2018 obtuvo la segunda victoria, en esa edición conduciendo un Peugeot 3008 DKR.
El año pasado, en la primera edición del Rally Dakar en Arabia Saudita, obtuvo su tercera victoria, en ese caso con un buggy MINI JWC, por lo que ha logrado triunfar en esa durísima competencia con tres marcas diferentes, siendo, además, el piloto con más edad que ha logrado ganar un Dakar.
A esta altura de la vida de Carlos Sainz, su pasión por los motores y la velocidad es indudable. Su hijo Carlos Jr. corriendo en el Campeonato Mundial de Fórmula Uno es una fiel y exacta referencia de la genética de la familia Sainz.
Pero para Carlos, los nuevos desafíos son moneda corriente y la última experiencia del madrileño está dirigida a la Extreme E.
Se trata de una nueva categoría de vehículos todoterreno impulsados por motores eléctricos, los cuales compiten en remotas regiones del mundo, las que, por una causa u otra, han sido, o están siendo, afectadas por los cambios climáticos, tratando, según sus organizadores, de generar conciencia sobre esa dura problemática. Es una competición global que integra, por primera vez en el mundo del motor, los conceptos de lucha climática, la movilidad sostenible y la igualdad de género. El muy especial reglamento del certamen indica que los dos tripulantes deben turnarse en la conducción del vehículo.
El madrileño se ha presentado en este novedoso certamen con su propio equipo, el Acciona | Sainz XE Team, en el que comparte la conducción del todoterreno con Laia Sanz, la piloto española de motociclismo que ha sido campeona del mundo de Trial en trece ocasiones y campeona mundial de Enduro en otras cinco ediciones. Ha terminado en once ocasiones el Dakar, entre 2011 y 2021, logrando la victoria en la categoría femenina de motos en todas ellas.
Como no podía ser de otra manera, un bólido de Fórmula Uno no podía estar ausente dentro de los autos que ha conducido Sainz a lo largo de su dilatada trayectoria. En el año 2006, en unas pruebas privadas, el madrileño condujo el Renault R26 que utilizara su compatriota Fernando Alonso.
En mérito a su exitosa actividad deportiva, el año pasado Carlos Sainz fue reconocido con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes por su fructífera trayectoria en la élite del automovilismo mundial.
El madrileño es un fanático del fútbol siendo, obviamente, hincha del Real Madrid. El 24 de marzo de este año la Junta Directiva de la institución merengue lo nombró “Socio de Honor”, que es el máximo reconocimiento que el club concede. A tal punto llega la pasión de Sainz por el Madrid, que en el año 2006, fue candidato a la vice presidencia del club, acompañando en la fórmula electoral a Juan Miguel Villar-Mir, en las elecciones que fueron ganadas por Ramón Calderón. Hace pocos días, en una entrevista otorgada a Marca, lo habían consultado si este año volvería a postularse en las elecciones de su club, a lo que respondió que no estaba entre sus planes inmediatos, pero dejando la puerta abierta para el futuro, tal vez para las próximas, las que se realizarán en 2025.