En lo que va del presente siglo, el Campeonato Mundial de Fórmula Uno ha ido perdiendo casi que constantemente, atracción y paridad, lo que ha provocado una importante disminución en lo que se refiere al interés de los aficionados, con menos espectadores en las tribunas y también una menor cantidad de televidentes.
A lo largo de los últimos años, las carreras con resultados previsibles y los campeonatos con anticipada definición han ido cercenando la competitividad de la categoría, lo que va en desmedro de toda la actividad. Los cinco títulos consecutivos logrados por Michael Scumacher con Ferrari, los cuatro campeonatos ganados por Sebastian Vettel con Red Bull entre 2010 y 2013 y el absoluto dominio del equipo Mercedes (con Hamilton, Rosberg y Bottas) desde el año 2014, han provocado el desinterés de la afición y una sensible pérdida de réditos y beneficios a todo nivel.
Por eso, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y la Formula One Management (FOM) hace ya un buen tiempo que han venido buscando soluciones, para tratar de revitalizar a la categoría, con la finalidad de volverla más atractiva e interesante, intentando disminuir la enorme brecha que hay entre los equipos “top” de la categoría y las restantes escuderías.
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La empresa de origen estadounidense Liberty Media posee la mayor parte del paquete accionario de la FOM y es liderada por su director ejecutivo, Chase Carey, quien luego de la compra de las acciones, sustituyó a Bernie Ecclestone, teniendo como director técnico a Ross Brawn, quien tuvo un exitoso paso por diversos equipos de la Fórmula Uno. Fiel a su origen norteamericano, Liberty Media pretende aumentar el show y la atracción de la categoría.
Como resultado de los estudios y trabajos realizados, ambas instituciones presentaron una serie de propuestas, las cuales entrarán en vigencia a partir del certamen mundial del año 2021, esperando que la Fórmula Uno logre recuperar la competitividad perdida, con autos más parejos, carreras más interesantes y presupuestos más accesibles para todos los equipos.
En cuanto al aspecto de los autos, tendrán un diseño más simple y sencillo, más “limpio”, con menos alerones y aditamentos aerodinámicos, esperándose que sean más atractivos, con reminiscencias a los bólidos de las últimas décadas del siglo pasado, contando con neumáticos de 18 pulgadas y de perfil más bajo. Las nuevas ruedas provocarán un aumento de 25 kilos en el peso total del auto.
Al perder carga aerodinámica, se espera que las maniobras de sobrepaso sean más fáciles y más habituales, provocando una mayor paridad.
Otras de las variantes marca que se va a limitar el uso del túnel de viento, por lo que los equipos deberán trabajar más en pista los días viernes realizando mayor cantidad de pruebas en los dos primeros entrenamientos libres.
A partir de 2021, luego de la tercera tanda de entrenamientos libres, los autos quedarán en régimen de parque cerrado, por lo que no se podrán realizar modificaciones ni para la clasificación, ni para la carrera.
Sin lugar a dudas que una de las nuevas regulaciones más controvertidas es la de regular los costos anuales de los equipos, colocando un tope de 175 millones de dólares para el desarrollo del auto, algo que para mucha gente puede sonar disparatado por pensar que es un costo demasiado alto, pero hay que tener en cuenta que los equipos más poderosos de la actualidad manejan presupuestos que superan los 400 millones de dólares por temporada.
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Otro aspecto para bajar costos y equiparar performances, es el de la reducción de los tests de pretemporada y también de los que se realizan durante la temporada misma.
En cuanto a la motorización, se seguirán utilizando las unidades de potencia híbridas, tal como viene aconteciendo desde el año 2014, pero tratando de optimizar cada vez más el aprovechamiento del combustible, buscando un mayor cuidado del medio ambiente con motores más eficientes. También habrá una serie de cambios en otros aspectos mecánicos, todos tendientes a disminuir costos y a aumentar la paridad de los autos.
