“La marca Opel va a volverse global”. Con esa frase, Michael Lohscheller, Presidente y consejero delegado de Opel Automobile GmbH, dejó en claro los planes de la compañía en el curso de la presentación oficial del llamado plan estrátegico “PACE!”, el cual incluye, además de la legendaria marca alemana, a la muy británica Vauxhall.
En el mes de junio, el Grupo PSA, integrado por las marcas francesas Peugeot, Citroën y DS, le adquirió a la estadounidense General Motors las dos empresas europeas. A pocos días de efectivizarse la compra de Opel/Vauxhall por parte del grupo galo, renunció el CEO Karl-Thomas Neumann, quien fue sustituido por Lohscheller, con el total beneplácito del CEO del Grupo PSA, el portugués Carlos Tavares.
Ahora, los planes de futuro abarcan una notoria ampliación de mercado para Opel y Vauxhall, que podría llevar a ambas marcas a una importante globalización, que incluso podría alcanzar al territorio norteamericano, en el cual, por lógicas razones de mercado, sus anteriores dueños no pensaron nunca, para no encarar una inconveniente competitividad con sus marcas locales Chevrolet y Buick.
La finalidad del nuevo plan de reestructura general PACE! deja en claro que el grupo francés aspira a explorar nuevos mercados para los autos y los vehículos comerciales ligeros de Opel, fuera del continente europeo, algo que General Motors nunca se planteó seriamente.
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También implica una fuerte integración de Opel/Vauxhall con las tres marcas del grupo galo, con la utilización de las plataformas EMP2 y CMP, lo que llevaría, lógicamente, a dejar de utilizar mecánicas y tecnologías de General Motors, para pasar a utilizar otras de origen francés.
La más importante factoría de Opel, ubicada en la localidad alemana de Rüsselsheim, pasará a ser el centro de desarrollo y fabricación de los vehículos que utilicen pilas de combustible y sistemas de conducción autónoma.
En la actualidad, son 19 las plantas de producción que el grupo PSA/Opel/Vauxhall tiene en el continente europeo.
Los planes indican que para mediados de la próxima década, todos los modelos tendrán su versión eléctrica y/o híbrida, mientras que los nuevos motores a explosión serán más eficientes y menos contaminantes.
Próximamente, Opel dejará de importar en Europa vehículos fabricados en la planta que GM tiene en Corea del Sur, por lo que la producción de vehículos de la marca germana podría pasar a realizarse en las fábricas que el Grupo PSA tiene en Rusia e Irán.
Dentro del plan de globalización también está contemplada la posibilidad de pasar a fabricar vehículos bajo las marcas Opel y Vauxhall, en las plantas que PSA tiene en China y en América del Sur.
Y el gran desafío planteado por Tavares es llegar a vender cinco millones de vehículos en el año 2022.
