Renault regresa como equipo a la Fórmula 1 después de cinco años de ausencia y tras haber comprado la escudería Lotus, buscando recuperar el brillo de antaño en la máxima categoría del automovilismo deportivo.
La automotriz francesa presentó en su “technocentre” de Guyancourt su plan para recuperar aquel antiguo lustre con un nuevo modelo que lucirá los colores amarillo y negro y del cual fue exhibida una versión provisoria.
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Los pilotos que intentarán devolverle la gloria a Renault serán el danés Kevin Magnussen y el debutante inglés Jolyon Palmer, hijo del ex piloto Jonathan Palmer, quien disputó siete temporadas en la Fórmula 1.
Magnussen, que corrió para McLaren en 2014 y al año siguiente continuó como probador en ese mismo equipo, sustituye al venezolano Pastor Maldonado, quien se presumía sería uno de los pilotos de Renault “heredados” de Lotus.
“Estoy feliz y orgulloso de contribuir al regreso de una marca tan prestigiosa como esta a la Fórmula 1. Tenemos todo como para hacer las cosas bien”, auguró Magnussen.
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Carlos Ghosn, presidente del equipo francés, aprovechó para lanzarle algún “dardo” a Red Bull, del cual Renault fue proveedor de motores en las últimas seis temporadas, ganando cuatro títulos consecutivos con el alemán Sebastian Vettel. “Cuando se gana se dice que es mérito del auto, pero cuando se pierde es por culpa del motor”.
El equipo Renault designó como director a Bob Bell, acompañado por Nick Chester y Remi Tasstin, a cargo de la carrocería y de los motores, en cada caso.
