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La jornada del domingo pasado no fue una más para el viejo autódromo de Punta Fría, porque luego de muchos años de inactividad, volvieron a rugir los motores en el recordado circuito, aunque no fue para disputar alguna competencia, sino que el motivo fue homenajear a Nicolás “Ito” Dellepiane.
El homenaje fue realizado con la organización del Old School Racing Club, contando con el apoyo del Municipio de Piriápolis, debiendo destacarse la colaboración de la familia Piria, propietaria del predio en el que está ubicado el circuito.
Dellepiane fue fundador del club organizador y era hijo de Nicolás Dellepiane (fundador del Club de Automóviles Sport Argentina) y sobrino de Roberto (Bitito) Mieres famoso corredor de Fórmula Uno en la década del 50.
El evento superó todas las expectativas previstas, no solo por la cantidad de autos presentes, sino también por la notable convocatoria de público que tuvo.
Se calcula que fueron más de un centenar los vehículos de diferentes marcas, modelos y épocas que transitaron por el circuito, contando con una cifra cercana al millar de espectadores, algunos de los cuales recorrieron a pie el circuito, mientras los autos transitaron en dos oportunidades siguiendo al auto de Dellepiane que estaba conducido por su hijo.
El evento contó con la presencia de la Directora de Asuntos Legales de la Intendencia de Maldonado, Dra. Adriana Graziuso y del Director General de Cultura de la comuna fernandina, Jorge Céspedes, el Alcalde de Piriápolis, René Graña y su esposa Judy de los Santos, y los concejales Gabriel Piria y Marcelo González.
El profesor Pablo Reborido fue el encargado de abrir la parte protocolar, realizando una breve reseña sobre el fundador de la ciudad, don Francisco Piria y sobre el legendario autódromo.
Luego hizo uso de la palabra, en representación del Old School Racing Club el señor Frank Spinosa.
La culminación de la parte oratoria corrió por cuenta de la esposa de “Ito” Dellepiane, la señora Solange Tierry, quien sumamente emocionada agradeció la presencia de todos los asistentes, señalando que con la realización de ese evento se estaba cumpliendo uno de los más importantes sueños de su esposo y destacando que nunca se hubiera imaginado la repercusión que tuvo, mostrándose asombrada con la cantidad de autos que se hicieron presentes, con un magnífico marco de público, agradeciendo la presencia de todos.
El homenaje consistió en dar un par de vueltas al circuito, a tren de paseo, en lo que fue una larga fila india encabezada por uno de los autos de Dellepiane, conducido por su hijo, destacándose entre los presentes a varias figuras del automovilismo deportivo uruguayo, contando con la presencia de los miembros de la familia Otero, encabezada por el ex piloto don Carlos, quien hizo gala de una memoria prodigiosa para recordar hechos y anécdotas, varias de las cuales referidas a la época de oro del circuito piriapolense.