El gran premio más polémico de la historia


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El gran premio más polémico de la historia
La insólita largada. con solamente seis autos en la grilla de partida. Foto: AFP.

Nelson Vicente – Contacto: [email protected]

A lo largo de la rica historia del Campeonato Mundial de Fórmula Uno ha habido infinidad de sucesos, hazañas, tragedias, acciones descollantes, pilotos con destacadas actuaciones, personajes legendarios y equipos de todo nivel.

Pero seguramente pocos acontecimientos como el sucedido en el Gran Premio de Estados Unidos del año 2005, que tuvo como escenario al mítico autódromo de Indianápolis Motor Speedway, se han ganado un lugar preponderante en la historia negativa de la máxima categoría.

Fue un gran premio realmente insólito, cuyo desarrollo comenzó bastante tiempo antes de que se diera la orden de partida.

Y, en realidad, se disputó más afuera que adentro de la pista, con presiones de todo tipo, un impresionante juego de intereses, amago de cancelar la carrera, también de anularla y una infinidad de situaciones que prácticamente es imposible poder comentar y resumir en unas pocas líneas.

Para entrar en clima, hay que recordar que en esa época había dos proveedores de neumáticos en la Fórmula Uno y que no había cambios de neumáticos en carrera.

Bridgestone calzaba a los autos de los equipos Ferrari, Minardi y Jordan.

Por su parte, Michelin equipaba los autos de las escuderías Toyota, BAR Honda, Renault, McLaren, Williams, Sauber y Red Bull.

Los problemas comenzaron a suscitarse cuando los usuarios de Michelin comenzaron a sufrir problemas con sus neumáticos, especialmente con el trasero izquierdo, que no aguantaban las exigencias del circuito peraltado. La preocupación iba en constante aumento, no solo entre los pilotos y los equipos, sino también entre los organizadores del gran premio.

Así quedó el auto de Ralf Schumacher luego de su brutal golpe el viernes. Foto: AFP.

El detonante de la situación fue el golpe impresionante que se dio el viernes Ralf Schumacher contra el muro de la curva 13, cuando se reventó el neumático trasero izquierdo de su Toyota.

A partir de ese momento comenzaron los problemas, cuando Michelin comunicó a sus clientes que sus neumáticos no eran suficientemente seguros y que no iban a aguantar la exigencia del circuito, que además había sido repavimentado hacía poco tiempo, lo que había aumentado notablemente la abrasividad del piso. Michelin solicitó que se colocara una chicana para intentar bajar la velocidad, moción que fue rechazada, porque la FIA entendía que era una modificación del circuito. En un último intento, la marca francesa llevó desde Francia  otros neumáticos con diferentes compuestos, pero no lograron solucionar el problema.

En la mañana del domingo 19 de junio, hubo una multitudinaria reunión con la presencia de los responsables del autódromo, representantes de Michelin, Bernie Ecclestone como patrón de la Fórmula Uno y todos los directores de los equipos, a excepción de Jean Todt, director de Ferrari, quien decidió no concurrir.

El presidente de la FIA, Max Mosley, no estaba presente, pero consultado telefónicamente, se opuso terminantemente a cualquier cambio o variante, por lo que se decidió disputar la carrera.

Así, agotadas todas las gestiones, canceladas todas las opciones, en la tarde del 19 de junio se disputó el gran premio en Indianápolis, con el Toyota de Jarno Trulli ubicado en la pole position, escoltado por el McLaren de Kimi Raikkonen. Jenson Button (BAR Honda) largaba tercero, seguido por Giancarlo Fisichella (Renault), Michael Schumacher (Ferrari) y Fernando Alonso (Renault).

A la orden del director de la competencia, los 20 autos comenzaron la vuelta previa, por lo que parecía que la carrera iba a desarrollarse normalmente.

Pero al llegar a la entrada de la calle de boxes los pilotos de los siete equipos usuarios de Michelin se fueron a boxes ante la sorpresa, indignación y protestas de los espectadores que no entendían lo que estaba pasando.

Finalmente “largaron” los dos pilotos de Ferrari, Schumacher y Rubens Barrichello, los dos de Jordan, Tiago Monteiro y Narain Karthikeyan y los dos de Minardi, Christijan Albers y Patrick Friesacher.

El podio de Indianápolis, con Schumacher, Barrichello y Monteiro.

La mayor atracción de la carrera fue la lucha entre Schumacher y Barrichello, quienes estuvieron a punto de tocarse en la curva uno, pero la incidencia no pasó a mayores porque el brasileño tuvo que salirse de pista.

La victoria quedó en poder de Schumacher, escoltado por Rubinho, con el portugués Monteiro en la tercera posición, seguido por Karthikeyan, Albers y Friesacher.

Esa fue el único triunfo del año de Schumacher y también el único podio de Monteiro.

Como era de esperar, apenas iniciada la disputa del gran premio, los espectadores comenzaron a hacer sentir sus protestas, porque en las gradas no se sabía el motivo por el que solamente seis de los 20 autos participantes estaban largando el gran premio. Mucha gente se retiró furiosa del autódromo y otros decidieron quedarse para expresar su descontento, llegando incluso a  arrojar diversos objetos a la pista cuando estaban pasando los autos.

Tiago Monteiro festejó efusivamente su tercer puesto en la carrera.

Lo cierto es que hay que tener en cuenta que la Fórmula Uno nunca había logrado consolidarse en el gusto de los aficionados estadounidenses y esa enojosa e insólita situación desmejoró todavía más la opinión sobre la categoría.

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