Nelson Vicente – Contacto: [email protected]
En una época en la que la Fórmula Uno está dominada por los equipos oficiales de grandes marcas, o que son propiedad de corporaciones, o pertenecen a grupos de inversores, o están en manos de acaudalados empresarios que, por distintas razones, llegaron a la categoría, puede parecer mentira que la máxima categoría de monopostos a nivel mundial haya crecido y se haya desarrollado en base al esfuerzo, talento, sacrificio y trabajo de un grupo de apasionados que forjaron la grandeza de la categoría, como lo fueron en su momento Brabham, Chapman, Tyrrell, McLaren, Ligier, Minardi, y hasta el propio Ferrari o el mismísimo Ecclestone, entre otros, en lo que muchos consideran como la época dorada de la Fórmula Uno.
Y en ese selecto y heroico grupo, merece ocupar un lugar de privilegio Sir Francis Owen Garbatt Williams, popularmente conocido como Frank Williams, uno de los más destacados, prolíficos y exitosos “patrones” de equipo que tuvo la Fórmula Uno y el último de los denominados “garajistas” que estuvo en la categoría.
No es casualidad que el equipo Williams Racing esté considerado como uno de los cuatro más grandes en la historia de la Fórmula Uno moderna, junto a Ferrari, McLaren y Mercedes.
Nacido en plena Segunda Guerra Mundial, Williams seguramente heredó el ADN de no rendirse, de nunca bajar los brazos, de no darse por vencido ante las adversidades.
Proveniente de un hogar modesto, desde muy joven se sintió atraído por el automovilismo deportivo. Trabajando como vendedor de alimentos, se la ingeniaba para lograr, con sus ahorros, poder competir en algunas categorías, incursionando también como mecánico, hasta trabajar luego en una concesionaria de autos.
A los 24 años fundó su propio equipo de competición, el Frank Williams Racing Cars, comenzando a competir en los campeonatos de Fórmula 3 y también de Fórmula 2.
Y en 1969 pegó el gran salto. Luego de comprar un Brabham BT26 llegó a la Fórmula Uno con Piers Courage como piloto, logrando dos podios en su primer año, en Mónaco y Estados Unidos, respectivamente. Pero el piloto británico falleció en un accidente en 1970, en el autódromo de Zandvoort, cuando su auto se incendió. Ese fue el primer gran golpe que sufrió Williams.
En 1976, el empresario canadiense Walter Wolf compró el 60% del Frank Williams Racing Cars, pero la sociedad duró poco.
Al año siguiente, junto con Patrick Head, Williams refundó su propio equipo, llamándolo Williams Grand Prix Engineering, popularmente conocido como Williams Racing, teniendo como primera sede a un vacío depósito de alfombras en Didcot y debutando en la Fórmula Uno en el Gran Premio de España.
Y en 1979, con Clay Regazzoni como piloto, logró su primera victoria en Silverstone.
A partir de ese momento, comenzaron a sucederse los éxitos, los triunfos y campeonatos, convirtiendo al equipo en uno de los más destacados de la Fórmula Uno.
Una exitosa y destacada trayectoria
En 1977 Frank Williams se asoció con Patrick Head, dando origen a lo que fue uno de los más destacados equipos de la Fórmula Uno.
La exitosa trayectoria comenzó con el triunfo del suizo Gianclaudio Regazzoni en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1979 y terminó (por ahora), con el triunfo del venezolano Pastor Maldonado en el Gran Premio de España de 2012.
La escuadra británica ha logrado 114 triunfos, 133 récords de vuelta y 128 pole positions y sus pilotos subieron al podio en 302 grandes premios. El último que lo hizo fue Lance Stroll, en el Azerbaiyán, en 2017.
Williams tiene nueve títulos de constructores y siete de equipos. Se consagró campeón mundial de constructores en los años 1980, 1981, 1986, 1987, 1992, 1993, 1994, 1996 y 1997.
Y estos son los pilotos que lograron consagrarse campeones con autos del equipo británico: Alan Jones (1980), Keke Rosberg (1982), Nelson Piquet (1987), Nigel Mansell (1992), Alain Prost (1993), Damon Hill (1996) y Jacques Villeneuve (1997).
Acuciados por serios problemas financieros, que afectaron seriamente la estabilidad del equipo en los últimos años, llegando incluso a hipotecar algunas propiedades para poder subsistir, Frank y Claire Williams pusieron en venta al equipo.
En agosto de 2020, un fondo de inversiones estadounidense, Dorilton Capital, concretó la compra del paquete accionario.
El día que cambió su vida
A lo largo de su vida, Frank Williams tuvo que superar una enorme cantidad de adversidades, pero nunca bajó los brazos y siempre trató de seguir luchando. Fue un tipo hosco y con un carácter duro, que muchas veces dejaba de lado temas familiares o personales por su profesión y su pasión por los autos y las carreras.
Sin dudas que uno de los acontecimientos más duros de su vida fue cuando perdió el dominio del auto que conducía rumbo al aeropuerto de Niza en 1986, cayendo por un barranco. El resultado fue una seria lesión en su columna vertebral, que lo dejó tetrapléjico, por lo que tuvo que pasar el resto de su vida en silla de ruedas, pero igualmente siguió adelante.
