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Stanley Michael Bailey Hailwood fue un notable piloto británico, conocido popularmente como “Mike the bike”, que no solamente compitió exitosamente en motociclismo, como lo prueba su famoso apodo, sino que también se destacó en el automovilismo, compitiendo en varias categorías internacionales.
Nacido en plena guerra mundial, en abril de 1940 en Oxfordshire, Mike era hijo de un acaudalado vendedor de motos, quien además había competido en varias categorías inglesas. En su adolescencia, Mike no se sentía atraído por los estudios, por lo que terminó abandonándolos y su padre, como “castigo”, lo envió a trabajar durante un año en la fábrica de motos Triumph, sabiendo que eso iba a incrementar notablemente la pasión de su hijo por el motociclismo.
Al terminar su trabajo en la fábrica, Mike se encontró con que su padre ya había armado un equipo de competición, por lo que con 17 años debutó en el motociclismo con una MV Agusta 125 cm3 y rápidamente comenzó a destacarse, logrando algunos triunfos, viajando luego a Sudáfrica, donde también logró ganar varias competencias.
A muchos de los pilotos británicos de aquella época, ver llegar a los circuitos al joven Hailwood en un Bentley con chofer, seguido por un reluciente motorhome, les causaba gracia y lo hacían víctima de burlas y bromas. Pero cuando Mike comenzó a ganar reiteradamente, tuvieron que cambiar rápidamente de opinión.
El año 1958 fue el de la consolidación de Hailwood en el motociclismo, compitiendo en Inglaterra en las categorías de 125 cm3, 250 cm3 y 350 cm3, consagrándose campeón en las tres clases. En esa misma temporada comenzó a participar en los grandes premios de la Federación Internacional de Motociclismo.
De esa manera comenzó a desarrollarse la exitosa historia de Mike en el motociclismo internacional. Una trayectoria de quien, para muchos, fue el mejor piloto de todos los tiempos.
Hailwood obtuvo 76 triunfos en grandes premios de motociclismo, logrando nueve campeonatos del mundo. Consiguió 14 victorias en el Tourist Trophy de la Isla de Man, convirtiéndose en un verdadero especialista en uno de los circuitos más duros, exigentes y peligrosos del mundo.
Hailwood fue campeón del mundo en la categoría de 250 cm3 en 1961, 1966 y 1967. En la Clase 350 cm3 se coronó en 1966 y 1967; y en la 500 cm3 ganó los campeonatos de 1962, 1963, 1964 y 1965.
Su última victoria la consiguió con Honda en la categoría de 500 cc., en el Gran Premio de Canadá de 1967, retirándose del motociclismo en 1968.
Aunque parezca raro o casi increíble, al mismo tiempo que competía en motociclismo, Hailwood también corrió en el Campeonato Mundial de Fórmula Uno, en el que disputó 50 grandes premios. Debutó en 1963 con el equipo Reg Parnell Racing, en el que estuvo tres años. Luego de un receso, en 1971 volvió con el Team Surtees, en el que también permaneció durante tres temporadas, hasta que en 1974 disputó su último campeonato con el equipo McLaren.
En total disputó 50 grandes premios, logrando un récord de vuelta y subiendo dos veces al podio. Su mejor resultado fue el segundo puesto logrado en el Gran Premio de Italia de 1972, como escolta de Emerson Fittipaldi.
También compitió en Sport Prototipos y en las 24 Horas de Le Mans.
El día que se vistió de héroe
A poco de iniciarse el Gran Premio de Sudáfrica de Fórmula Uno de 1973, se produjo un múltiple choque en el que se vieron involucrados los pilotos Dave Charlton (Lotus), Clay Regazzoni (BRM), Jacky Ickx (Ferrari) y el propio Mike Hailwood, que conducía un Surtees.
El auto de Hailwood y el de Regazzoni se fueron de pista y la peor parte la llevó el suizo, cuyo auto comenzó a prenderse fuego, con Clay totalmente inconsciente en su interior.
Rápidamente Hailwood bajó de su auto, dirigiéndose al del suizo, logrando rescatar a Regazzoni del auto que se estaba incendiando, arriesgando su propia vida, porque su mameluco también se prendió fuego, pero, afortunadamente, sin mayores problemas físicos para Hailwood.
Su heroico gesto le valió ser condecorado con la George Medal, otorgada por la reina de Inglaterra.
El exitoso regreso a la Isla de Man
Cuando Hailwood anunció su retiro del motociclismo, todo el mundo pensó que era algo definitivo. El inglés siguió compitiendo en automovilismo, hasta que en 1974, un grave accidente en Nürburgring, lo llevó a abandonar también la Fórmula Uno, pasando a radicarse en Nueva Zelanda.
Pero en 1977 regresó a la Isla de Man, firmando, ante la sorpresa de todos, un contrato para disputar algunas carreras del Tourist Trophy en la siguiente temporada.
Para concretar su regreso de la mejor manera, a sus 38 años disputó algunas carreras en Australia, mostrándose sorprendido por los avances técnicos de las motos y también de los nuevos neumáticos.
“Voy a tener que volver a aprender a pilotar”, comentó.
A bordo de una Ducati 900SS encaró la edición de 1978, en la que el favorito era Phil Read, el ganador del año anterior.
Hailwood demostró que sus notables condiciones estaban intactas, completando la primera de las seis vueltas con un tiempo récord, un minuto y medio más rápido que el anterior. A mitad de carrera alcanzó a Read, a quien el motor de su Honda comenzó a darle problemas. Hailwood se afirmó en el liderazgo, ganando la carrera con más de dos minutos de ventaja sobre su escolta.
En 1979 volvió a competir en la Isla de Man, en esa edición en la categoría Senior, con una Suzuki RG500, logrando su última victoria, que fue el decimocuarto éxito de su trayectoria.
En 1981, pocos días antes de cumplir 41 años, Hailwood iba conduciendo su auto rumbo a su casa, acompañado por sus dos hijos, cuando un camionero realizó una arriesgada maniobra, embistiendo al auto de Hailwood, quien falleció dos días después, el 23 de marzo. Su hija Michelle había fallecido instantáneamente en el siniestro, mientras que su hijo David sólo sufrió leves heridas.