Nelson Vicente
Este sábado 11 de septiembre se cumplen 22 años de la desaparición física del inolvidable piloto compatriota Gonzalo “Gonchi” Rodríguez, que falleció también un sábado 11 de septiembre, pero de 1999 en el autódromo californiano de Laguna Seca.
Fiel heredero del ADN “tuerca” de su padre, el Gallego Jorge Rodríguez, quien se destacó en varias categorías del automovilismo uruguayo, el camino que Gonchi iba a transitar no podía ser otro que el de las carreras de autos. En su adolescencia comenzó a destacarse en el karting y después pasó a los monopostos, incursionando también en competencias de autos de turismo, destacándose claramente en todo.
Fiel a su estilo, aceleraba “con los dos pies”, a lo que le agregaba unas dotes conductivas impresionantes, que le permitían destacarse en lo que fuera.
En 1992 pegó el salto y se fue a correr a Europa, junto a Marcello Bresciani, logrando el vice campeonato en la Fórmula Ford de España. En aquellos momentos, Daniel Muzio, un destacado copiloto uruguayo de rally, trabajaba en la organización del certamen español de rally. Gonchi y el Chelo manejaban alguno de los autos de la organización como forma de contar con algún ingreso extra que ayudara a incrementar el menguado presupuesto del que disponían.
La trayectoria de Gonchi continuó en la Fórmula Renault Británica, y en 1995 ganó el Gran Premio de Inglaterra de la Fórmula Renault Europea.
En 1997 logró pegar otro salto y se incorporó a la Fórmula 3000 Internacional, que en aquel momento era el paso previo al Campeonato Mundial de Fórmula Uno.
Su primera victoria llegó en 1998, cuando ganó el Gran Premio de Bélgica, en Spa Francorchamps y la segunda la obtuvo en el Gran Premio de Luxemburgo, disputado en el mítico autódromo de Nürburgring. Ese año Gonchi terminó el campeonato en el tercer lugar, detrás del colombiano Juan Pablo Montoya y del alemán Nick Heidfeld, dos pilotos que tuvieron destacada participación en la Fórmula Uno.
En el verano de 1999 Gonchi participó de la carrera de la categoría Copa de las Naciones que se disputó en un circuito diagramado en El Jagüel, logrando una categórica victoria frente a destacados pilotos internacionales. Ese sería su último triunfo frente a su pueblo.
Y el sábado 15 de mayo de 1999 obtenía su inolvidable victoria en el Gran Premio de Mónaco, un logro histórico, no solamente para el automovilismo deportivo uruguayo, sino también para todo nuestro deporte por la trascendencia que tuvo.
La muerte lo esperaba emboscada en la “curva del tirabuzón” del circuito californiano de Laguna Seca, en la tarde del 11 de septiembre de 1999, cuando estaba clasificando para la competencia de la categoría estadounidense CART, la actual IndyCar, categoría en la que había debutado ese año en el circuito de Detroit, con una notable gestión, que le había valido la consideración y admiración de todos.
Esa labor le había posibilitado alcanzar un pre acuerdo para poder correr en la CART durante el año 2000.
Pero todo quedó en la nada, cuando el acelerador de su auto quedó trabado a fondo al llegar a la curva mencionada. Las protecciones del circuito sirvieron como plataforma para que el auto levantara vuelo y cayera diez metros más abajo en forma invertida, provocando su fallecimiento.
Allí, en Laguna Seca se coartaron sus ilusiones y sus esperanzas, pero no sus sueños.
Esos mismos sueños que con el paso de los años han permanecido vigentes y que son el mayor legado que dejó Gonchi. Un legado que se sustenta con la labor de la Fundación Gonzalo Rodríguez presidida por su hermana Nani y que sirve de ejemplo y de impulso para miles de niños y jóvenes, que van buscando lograr un objetivo y que, con ese ejemplo que dejó Gonchi en su vida, mantienen permanentemente vigente su ideal: “Seguí tus sueños”.