El emblemático autódromo José Carlos Pace, de Interlagos, ubicado en San Pablo, ha sido la habitual sede de las últimas ediciones del Gran Premio de Brasil de Fórmula Uno.
El contrato vigente vence en el año 2020 y hay serias dudas en relación a si volverá a firmarse un acuerdo, o si la edición del próximo año será la última que se dispute en el circuito paulista.
El contrato actual, firmado en la época en la que Bernie Ecclestone regía los destinos comerciales de la Fórmula Uno, no le ha permitido a los nuevos administradores, Liberty Media, cobrar el canon el año pasado. Tampoco le será posible cobrarlo este año ni la próxima temporada, de acuerdo a lo convenido oportunamente, por lo que Liberty Media no percibe ningún ingreso directo por la realización del gran premio en Interlagos.
Según han informado algunos medios de prensa brasileños, el contrato económico firmado en el año 2013 por Ecclestone, en representación de su empresa CVC, con el ayuntamiento paulista, cubrió el canon completamente hasta el año 2020, por lo que, ese es el motivo por el que la última edición del gran premio no generó ingresos por ese concepto y tampoco lo harán las dos próximas. Simplemente, Ecclestone lo cobró todo antes de vender los derechos comerciales de la Fórmula Uno a Liberty Media.
En el mes de junio del año pasado, Chase Carey, actual presidente de la Fórmula Uno, comenzó a entablar contactos con la municipalidad de Río de Janeiro para que la ciudad carioca vuelva a ser sede de un Gran Premio de Fórmula Uno a partir del año 2021.
Los primeros contactos fueron favorables, lo que motivó que en el mes de noviembre, luego de la disputa del gran premio en San Pablo, Carey volviera a reunirse con las autoridades de Río de Janeiro, impulsando el regreso de la Fórmula Uno a la “ciudad maravillosa”.
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Al respecto, Carey comentó: “Cuando me desperté en Río de Janeiro y vi el mar, me di cuenta que podía ser una buena idea traer la Fórmula Uno a la ciudad”.
Luego de la desaparición del mítico autódromo de Jacarepaguá, denominado Nelson Piquet, en cuyo lugar se construyó el anillo olímpico para los Juegos del año 2016, la ciudad de Río de Janeiro se quedó sin un circuito apto para recibir a las grandes categorías internacionales.
Por eso, las autoridades cariocas han estado impulsando en los últimos años un proyecto que permitiría la construcción de un nuevo autódromo, en este caso en el barrio Deodoro, ubicado en la zona oeste de Río de Janeiro. El circuito tendría una extensión de algo más de cinco mil metros y, por supuesto, cumplirá con todas las exigencias de los reglamentos deportivos, tanto para carreras de autos como de motos.
Si todo sale tal como está previsto por parte de las autoridades cariocas y de los responsables de Liberty Media, el Gran Premio de Brasil retornaría a Río de Janeiro poco más de 20 años después de haber salido del calendario mundial de la Fórmula Uno.
En la década de los años 80, el gran premio carioca era una de las primeras fechas de los campeonatos mundiales. La primera vez que la Fórmula Uno estuvo en Jacarepaguá fue en el año 1978, en una carrera que tuvo como ganador a Carlos “Lole” Reutemann. Luego el gran premio brasileño se disputó allí en forma ininterrumpida entre los años 1981 y 1989, cuando la categoría se despidió definitivamente de Jacarepaguá, para utilizar, hasta el año próximo, el autódromo paulista de Interlagos.
Al día de hoy, parece mucho más probable que la Fórmula Uno llegue a un acuerdo con Río de Janeiro para la realización del gran premio, a que se le renueve el contrato a San Pablo. Antes del final del presente mes, todo podría quedar definido.