La empresa japonesa reconoció oficialmente que usó personal no calificado para realizar las inspecciones de seguridad en algunos de sus vehículos producidos durante los últimos 30 años, incumpliendo de esa manera con las normas de regulación nipona relativa a las revisiones de seguridad.
Según lo expresado por voceros de la compañía nipona, esto fue descubierto recientemente tras la realización de una inspección interna realizada en la factoría ubicada en la localidad de Ota, que es donde se fabrican los modelos Legacy y Forester.
De acuerdo a lo expresado directamente por el propio presidente de la compañía, gracias a la inspección realizada se pudo descubrir que buena parte de las inspecciones realizadas en las tres últimas décadas se habían realizado por parte de trabajadores que estaban en proceso de formación, y no por parte de personal calificado, como debería haber sido.
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En Japón, los fabricantes de vehículos tienen la obligación de realizar un estricto control de calidad para comprobar el correcto funcionamiento de elementos tales como los frenos y el sistema de dirección, tarea que solamente puede ser realizada por funcionarios que cuenten con la correspondiente certificación de las autoridades japonesas.
El presidente de la compañía, Yasuyuki Yoshinaga, informó en rueda de prensa que el motivo de los sucedido es que Subaru aplicaba su propia normativa para que las inspecciones las realizara personal con experiencia técnica aunque sin contar con la certificación exigida por la ley vigente en Japón.
También expresó que han tomado la decisión de llamar a revisión a unos 255.000 vehículos que fueron comercializados en el país asiático. Como consecuencia de estos anuncios, el viernes pasado las acciones de la marca tuvieron una caída del tres por ciento en la Bolsa de Tokio, lo que al final de la jornada representó un 2.6% de pérdidas.