Nelson Vicente – Contacto: [email protected]
Decidida a tener un panorama global sobre la actividad automovilística, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) como rectora mundial del automovilismo, encargó a la prestigiosa consultora Ernst & Young un estudio, al que nuestro país, a través del Automóvil Club del Uruguay (ACU), adhirió oportunamente.
Recordemos que el ACU es el máximo organismo en referencia al automovilismo en nuestro país, poder que le delega la FIA y que le remite la regulación del deporte en Uruguay, específicamente a través de su Comisión Deportiva, que es la punta de la pirámide para toda la actividad nacional en esta disciplina deportiva.
Conocidos los resultados, dicho estudio permitió saber más sobre la importancia de la “industria automovilística” en nuestro país, estimando la contribución del sector a nuestra economía, el valor agregado inmerso en ella y los empleos generados. Esto, partiendo de cifras tales como número de participantes, circuitos y clubes dedicados a nuestra disciplina deportiva.
El informe destaca que al momento de su elaboración (cifras de 2019, antes de la pandemia) había 1.479 participantes en todas las categorías, hubo 57 competencias en nueve circuitos, de mayor y menor infraestructura, con 10 clubes dedicados a la organización de eventos y/o promoción de la actividad.
El automovilismo es uno de los deportes más caros y casi no se concibe sin patrocinantes que “empujen” los autos, sea en la categoría que sea.
Pero son pocos los que ven lo que genera este deporte, incluyendo todas sus disciplinas, en la actividad económica que mueve en su entorno y más allá esta “industria del automovilismo”.
Los que gastan son pilotos, a menudo impulsados directamente por sus propias familias, y en buena parte de los casos por generosos patrocinantes que como resultado generan ese micro mundo remunerado compuesto por los mecánicos, personal de los clubes, quienes trabajan en los circuitos y en los organismos rectores, los que componen los operativos sanitarios y de seguridad, los que venden refrigerios y más. Son unas mil personas sobre las que el deporte derrama actividad y remuneraciones.
Pero a su vez, el automovilismo mueve autos, repuestos, neumáticos, lubricantes y otros insumos que son necesarios, y que son adquiridos por el automovilismo en su accionar. Es decir, mueve a muchas empresas, les interese o no el deporte.
En 2019, último año en que la pandemia no afectó el desarrollo normal de las actividades del automovilismo (como un todo) se calcula en que este deporte movió en Uruguay unos 1.500 millones de pesos, dando trabajo, en forma directa e indirecta a 1.000 personas.