Desde que en agosto de 1888 Bertha Ringer, (esposa de Karl Benz), realizó el primer viaje de larga distancia en la historia del automóvil, entre Mannheim y Pforzheim, a bordo del Patent-Motorwagen Typ III, el primer vehículo motorizado que había sido creado y desarrollado por su marido, han pasado muchos años, se han diseñado miles de modelos y se llevan fabricados millones de vehículos.
A lo largo de las décadas, el gusto por los automóviles ha ido creciendo incesantemente entre las mujeres, muchas de las cuales lo han tomado como una pasión, llegando a tomar parte de las más diversas competencias automovilísticas por todo el mundo.
Por supuesto que el Campeonato Mundial de Fórmula Uno no podía permanecer ajeno. Hasta el momento son cinco las mujeres que han intentado suerte en la máxima categoría, de las cuales solamente dos pudieron largar un gran premio.
La primera mujer que ingresó a la Fórmula Uno fue la italiana María Teresa de Filippis, que luego de correr en varias categorías, se presentó en el Gran Premio de Mónaco de 1958, con un Maserati 250F, nada menos que el mismo auto con el que Juan Manuel Fangio había ganado el campeonato mundial el año anterior. La italiana no pudo clasificar para largar la carrera. Igual suerte corrió ese día Bernie Ecclestone, quien años después iba a manejar magistralmente la Fórmula Uno, no atrás de un volante, sino desde un escritorio.
En Bélgica la italiana largó décimo novena y llegó en el décimo lugar. En Francia no pudo correr porque rechazaron su inscripción por ser mujer. Pudo largar en Portugal e Italia, abandonando en las dos carreras. En Italia iba en cuarto lugar. Al año siguiente trató de correr en Mónaco, pero tampoco pudo clasificar, finalizando de esa manera su participación.
María Grazia “Lella” Lombardi es la mujer con más participaciones en la Fórmula Uno, la única que pudo puntuar y, hasta el momento, la última que largó un gran premio.
La italiana debutó en el Gran Premio de Inglaterra de 1974 y estuvo presente en 17 carreras, pudiendo largar en 12.
El día de su debut utilizó el número 208 en su Brabham, el número más alto usado en la Fórmula Uno. Eso se debió a que la auspiciaba Radio Luxemburgo, que tenía la frecuencia 208 FM.
En 1975 tuvo continuidad en la temporada. En el controvertido y fatídico Gran Premio de España disputado en Montjuich se despistó el auto de Rolf Stommelen, falleciendo cinco personas, provocando la detención de la carrera. En ese momento, “Lella” iba sexta y le correspondía un punto. Pero por no haberse completado la competencia, las autoridades dieron la mitad del puntaje reglamentario, por lo que la italiana sumó medio punto, siendo de todas maneras, la única mujer en lograr puntuar en la Fórmula Uno. Ese año corrió en 11 fechas y fue séptima en Alemania. En 1976 se presentó en cuatro carreras, pudiendo largar solo en dos, en Brasil y en Austria, que fue su última presentación.
La británica Divina Galica integró el equipo de sky en tres Juegos Olímpicos de Invierno, pasando luego al automovilismo inglés. En 1976 decidió probar suerte en la Fórmula Uno, presentándose con un Surtees en el Gran Premio de Inglaterra, pero sin poder participar. Ese gran premio es el único en la historia de la Fórmula Uno que contó con dos damas inscriptas, porque también estuvo “Lella” Lombardi, que tampoco pudo clasificar para largar.
En 1978 Galica se anotó en las dos primeras fechas con un Hesketh, pero no pudo largar en ninguna, alejándose definitivamente de la categoría.
Desiré Wilson llegó a la Fórmula Uno en 1980, intentando clasificar en el Gran Premio de Inglaterra con un Williams, pero no lo logró. La sudafricana pudo participar del gran premio de su país de 1981 con un Tyrrell. Por problemas políticos entre la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y la Formula One Constructors Association (FOCA), liderada por Bernie Ecclestone, finalmente esa carrera no fue válida por el campeonato mundial, por lo que no cuenta en el historial de la Fórmula Uno.
Wilson fue la única mujer que ganó una carrera en un auto de Fórmula Uno, aunque esto sea un dato anecdótico. En 1980, en Inglaterra se disputaba el Campeonato Aurora, con autos de Fórmula Uno de temporadas anteriores y la sudafricana triunfó en la carrera disputada en Brands Hatch. Además, se destacó en varias categorías, ganando los 1000 Kilómetros de Monza y de Silverstone.
Giovanna Amati incursionó en la Fórmula Uno en 1992, contando con experiencia en varias categorías promocionales, pero sin buenos resultados.
La italiana disponía de un buen aporte económico y gracias a eso pudo integrarse al decadente equipo Brabham, escudería que desaparecería en 1993.
Amati intentó clasificar en las tres primeras fechas del certamen de 1992, pero no logró hacerlo, abandonando de esa manera su aventura en la Fórmula Uno.
Hasta aquí las damas que corrieron, o intentaron hacerlo, en la Fórmula Uno. En los últimos años han sido varias las que han estado tomando parte de diversas pruebas privadas de varios equipos, o, incluso, participando en la jornada de entrenamientos libres de un gran premio.
La estadounidense Sara Fisher desarrolló su trayectoria deportiva en su país, natal, pero en 2002 participó de unas jornadas de tests con el equipo McLaren.
Katherine Legge realizó algunas pruebas con el equipo Minardi en el año 2005, pero sin concretar. La mayor parte de la actividad deportiva de la británica fue en Estados Unidos y Europa.
La española María de Villota, fue contratada por el desaparecido equipo Marussia. En 2012 tuvo un grave accidente en una jornada de ensayos en un aeródromo inglés, recuperándose casi milagrosamente. Pero al año siguiente falleció como consecuencia de las lesiones sufridas en aquel incidente.
En el año 2014, la escocesa Susie Wolff realizó dos jornadas de entrenamientos con el equipo Williams, reiterando la experiencia en 2015, pero sin llegar a competir.
La suiza Simona de Silvestro, compitió en IndyCar y en Fórmula E y llegó a un acuerdo con el equipo Sauber para probar en 2014 y competir en la Fórmula Uno en 2015. Pero el momento esperado, nunca llegó.
Luego de pobrísimas actuaciones en la categoría europea GP3 Series (llegó a ser compañera de Santi Urrutia), inexplicablemente la española Carmen Jordá fue nominada en 2015 como piloto de desarrollo para el equipo Lotus, sin llegar a tener actividad en pista.
La colombiana Tatiana Calderón es la primera mujer latinoamericana que condujo un Fórmula Uno. En 2018 fue contratada por Sauber como piloto de desarrollo, participando de una jornada en el autódromo “Hermanos Rodríguez” de México, el día después del gran premio azteca. Ese mismo año, también participó en una jornada de tests en el circuito italiano de Fiorano. El año pasado fue piloto de desarrollo del equipo Alfa Romeo y este año competirá en la Súper Fórmula Japonesa.
Por otra parte, aunque nunca compitió, la inglesa Claire Williams ocupa al día de hoy un lugar destacado en el ámbito de la Fórmula Uno. La hija de Sir Frank Williams es actualmente la directora adjunta de Williams Grand Prix Engineering, la escudería fundada por su padre en 1977. El equipo británico, que actualmente sufre una grave crisis, ha obtenido 16 campeonatos mundiales, siete de pilotos y nueve de constructores.