A casi dos meses de su realización, este jueves ha quedado confirmado el aplazamiento de la legendaria competencia 500 Millas de Indianápolis, cuya disputa estaba prevista originalmente para el domingo 24 de mayo en el mítico óvalo ubicado en el estado de Indiana.
Mediante la difusión de un comunicado de prensa, la categoría IndyCar y el Indianápolis Motor Speedway informaron sobre la postergación de la competencia, cuya nueva fecha de disputa fue fijada para el domingo 23 de agosto.
A lo largo de las 103 ediciones que se llevan disputadas, esta es la primera vez que los organizadores se ven obligados a tomar la decisión de trasladar la disputa de la mítica carrera para el mes de agosto, teniendo como lógico motivo la pandemia mundial de coronavirus.
Históricamente, la Indy 500 (nombre con el que se la conoce popularmente), siempre se había disputado en el mes de mayo. La célebre competencia, cuya primera edición se disputó en el año 1911, solamente se había cancelado por causa de la Primera Guerra Mundial (en 1917 y 1918) y de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1942 y 1945.
Tal como ha venido aconteciendo en la mayor parte de los campeonatos a nivel global, la pandemia del coronavirus también ha golpeado al automovilismo deportivo estadounidense, obligando a postergar las primeras fechas del calendario, a lo que ahora se agrega la carrera de Indianápolis.
El gobierno norteamericano ya había ordenado cancelar todos los grandes eventos de masiva concurrencia de público en los meses de marzo y abril, pero todavía no se había ordenado nada con respecto a mayo, seguramente esperando la evolución del coronavirus.
Por eso, los organizadores de las 500 Millas habían estado estudiando la situación en los últimos días, tomando finalmente la resolución de postergar la legendaria competencia.
El nuevo propietario del circuito, Roger Penske, expresó su decepción por tener que postergar la carrera, pero señaló que la prioridad es la salud y la seguridad de los participantes y de los aficionados, agregando que la reprogramación de la competencia es una decisión responsable debido a las difíciles condiciones que hay en la actualidad.
El pasado mes de noviembre, Penske Entertainment Corp concretó la compra del circuito de Indianápolis y también de la categoría IndyCar, que eran propiedad de Hulman & Company.
De esta manera, Roger Penske, a través de sus subsidiarias, se ha transformado en propietario de un equipo, patrón de la categoría en la que compite y también en el dueño del más famoso óvalo del automovilismo mundial.