Cada año, el Festival de la Velocidad de Goodwood, realizado en las cercanías de la británica localidad de Chichester, en Sussex Occidental, cuenta con una enorme cantidad de atracciones que lo hacen único a nivel del automovilismo mundial, con la presentación de nuevos modelos, participación de autos legendarios, presencia de personalidades deportivas, políticas, empresariales, etc.
Pero este año, tuvo varios ingredientes especiales. Se cumplieron los 25 años de la primera edición, Porsche festejó sus 70 años, hubo un excepcional desfile de Land Rover, se presentaron autos deportivos, etc.
Pero sin dudas que uno de los aspectos más destacados fue el desafío protagonizado por la empresa Roborace, presentando su vehículo autónomo llamado Robocar, con el cual se pretendía por primera vez alcanzar la cima de la famosa colina de Goodwood con un auto no tripulado.
Robocar quedará en la historia como el primer auto deportivo autónomo que logró superar la colina, cuyo recorrido tiene una extensión de 1.860 metros, para lo cual empleó un tiempo de 76 segundos, sin sufrir ningún tipo de problemas, transitando correctamente por el tortuoso recorrido bordeado por árboles y muros, lo que aumenta el éxito del proyecto, dadas las dificultades que tuvo que superar.
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Por si fuera poco, y como demostrando que su performance no fue por casualidad, lo hizo en dos días diferentes, para aumentar de esa manera su difusión y también marcar la calidad de sus prestaciones y equipamiento.
Este singular auto deportivo está equipado con sistemas automatizados y cuenta con un impresionante paquete tecnológico (LiDaR, radar, GPS, sensores ultrasónicos, etc.). También posee un conjunto de cámaras que permiten una visión de 360 grados. Todo este imponente equipamiento permite que el “cerebro” Nvidia Drive PX 2 realice sus cálculos para lograr una óptima navegación. El Robocar pesa en total 1.350 kilos y está equipado con cuatro motores eléctricos, uno por rueda, cada uno de los cuales eroga 181 HP.
Este éxito aumenta las posibilidades del Robocar de convertirse en un auténtico auto de competición, porque entre los proyectos de sus fabricantes, está el de armar una categoría monomarca de vehículos deportivos autónomos para que comparta la programación con las carreras del campeonato de la Fórmula E.
Uno de los propietarios de la empresa Roborace es el piloto brasileño Lucas di Grassi, ex campeón de la Fórmula E.
