Patente automotores. Editorial ASCOMA.

Sigue
habiendo patentes de automotores empadronados antes de 2008 que pagan más que
los más modernos

SUCIVE ES
COMO LA SELECCIÓN: FUNCIONA MUY BIEN, PERO QUEDAN AUN ALGUNAS COSAS PARA
CORREGIR

Si hay un elemento que congrega la unión de todos los uruguayos,
desde un tiempo a esta parte, es la selección uruguaya de fútbol. A partir de
un proceso donde un número importante de personas mancomunó inteligencia y
esfuerzo, más un compromiso firme de todos los que la integran, el equipo ha
venido alcanzando metas que parecían inalcanzables hace apenas diez o veinte
años.

Más allá de los resultados –esta columna se escribió antes
del partido con Colombia- lo importante sigue siendo el camino elegido. Que ha
sido excelente y que ha marcado una traza para que, lo que venga en el futuro,
tal vez con otros conductores y nuevos integrantes, sepa cuál tiene que ser la
forma de alcanzar el destino.

Está claro que no basta con lo logrado: además del esfuerzo,
del sacrificio, de la mancomunión de todos sus integrantes, éstos saben que hay
cosas para perfeccionar y que pasan, por ejemplo, por el buen juego y el evitar
distracciones y falta de concentración en algunos momentos de los partidos.

La imagen, tan de estos días, viene a la perfección para
compararla con lo que ha venido pasando en nuestro país con el tema de las
patentes.

Un trabajo conjunto, que implicó un diseño y una estructura
adecuadas para su puesta en marcha, surgió de lo hecho por el Poder Ejecutivo a
través del Ministerio de Economía y Finanzas, la Secretaría de Presidencia y la
Oficina de Planeamiento y Presupuesto, y del Congreso de Intendentes, que
terminó con más de 25 años de enfrentamientos y situaciones enojosas que sólo
terminaban perjudicando a los usuarios.

La creación del Sistema Único de Cobro de los Ingresos
Vehiculares (SUCIVE) ha generado un hecho que merece su destaque y hasta
elogio, ya que no solo revirtió una situación insostenible, sino que ha venido
funcionando en forma casi perfecta.

Desde esta misma columna, en reiteradas ocasiones, se ha
destacado lo inteligente y adecuada que fue la solución encontrada tras tantos
años de enfrentamientos y declaraciones altisonantes, de discusiones y
amenazas, de prensa hablando sobre el tema sin que se encontrara un punto final
al asunto.

Tan buena ha sido la solución que hoy nadie la cuestiona. Por
el contrario, puede ser tomada como un ejemplo de cómo los uruguayos, cuando se
anteponen los intereses comunes, somos capaces de dejar de lado las chacras
para darle valor al más importante de los sentidos, que es el común.

Sin embargo, todavía quedan algunas pequeñas piedras en el
camino, rebarbas que hay que limar o, como se lo quiera llamar, aspectos que
hay que corregir.

En ese sentido, la Asociación de Concesionarios de Marcas de
Automotores (ASCOMA), continúa recibiendo planteos de empresas asociadas que
exponen los perjuicios que muchos de sus clientes tienen, simplemente por tener
automotores patentados antes de 2008, cuando el Congreso de Intendentes llegó a
un acuerdo en cómo fijar los aforos.

Estos usuarios pagan hoy por sus vehículos patentes bastante
más altas –en algunos casos muy caras- que por esos mismos modelos empadronados
posteriormente a esa fecha.

¿Es justo que eso ocurra? No, no lo es. Y todos lo tienen en
claro. Al respecto, ASCOMA lo ha venido planteando desde la puesta en marcha
del Sucive y sus autoridades lo reconocen. Es más, desde la institución se sabe
que muchas de esas inequidades fueron solucionadas. Pero lo cierto es que aún
persisten y vale la pena señalarlo, para que lo que está mal se corrija.

Además, ese mayor valor de las patentes está afectando el
mercado automotor, porque esas unidades pierden su valor en el ámbito de los
usados. Quienes los poseen, difícilmente logren que esas unidades sean tomadas
como parte de pago, ya que nadie quiere pagar patentes tan altas. Y los
concesionarios que los tienen a la venta, difícilmente lo logren, teniendo en
cuenta esa misma situación.