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El piloto uruguayo Maximiliano “Maxi” Gerardo se consagró campeón brasileño de Superbike en la última fecha del certamen, la que se desarrolló en el emblemático autódromo José Carlos Pace, de Interlagos, en San Pablo.
Una conquista histórica sin ningún tipo de dudas, no solamente para el motociclismo, sino también para todo el deporte uruguayo, por lo que significa la coronación de un compatriota en el certamen más destacado del motociclismo continental, superando a grandes pilotos brasileños.
El uruguayo, piloto del BMW Motorrad Superbike Brasil Racing Team consiguió el título de la categoría más importante del motociclismo del continente, consagrándose campeón de la muy competitiva categoría Superbike Pro, en otra clara demostración de sus notable aptitudes técnicas, de su coraje, de su garra y de sus condiciones para enfrentarse a los desafíos y a las exigencias más difíciles siempre con toda la fe de poder superarlas.
Y cuando las cosas no se le dieron a su favor, nunca cayó en el facilismo de buscar excusas inventadas ni culpas ajenas, sino que, mascullando bronca, se prometió a sí mismo seguir trabajando para mejorar, para seguir progresando, para no entregarse ni darse nunca por vencido, por más que las situaciones adversas fueran difíciles de superar.
Para llegar a este exitoso presente tuvo que trabajar mucho y sacrificarse duramente, en un esfuerzo no solamente personal, sino también de toda la familia.
Atrás quedaron los tiempos en los que, junto a su padre, emprendían el camino para competir internacionalmente a bordo de una camioneta, durmiendo en carpa y llegando con lo justo a cada carrera.
Y eso no ha sido olvidado.
Y esa fue la génesis de la gran conquista obtenida en las pistas del vecino país, ganando en forma reiterada, tanto en el certamen brasileño que se adjudicó este fin de semana, como en el Gaùcho, el cual había logrado siete días antes en el circuito de Guaporé.
Maxi arribó en segundo lugar en la última competencia del año y con esos puntos logró el título brasileño.
Y otro aspecto para destacar es que en las 10 fechas que corrió en Brasil logró subir al podio, en otra clara muestra de sus notables condiciones y de su gran rendimiento.
A la última fecha del certamen norteño, Maxi llegaba peleando la posibilidad de adjudicarse el título frente a los pilotos brasileños Guilherme Brito y Ramiro Gandola. El uruguayo daba muestras de su gran momento, al conseguir primero la pole y luego la súper pole lo que le reportaba puntos extras para el certamen.
En carrera Maxi corrió más pensando en la obtención del título que en ganar la competencia, manejándose con criterio, intentando no asumir riesgos, sabiendo que si llegaba en la segunda posición obtenía el ansiado título brasileño, lo que finalmente se concretó.
Así lo resumió el nuevo monarca del motociclismo brasileño: “Me mantuve segundo porque no valía la pena arriesgar nada. De todas maneras fui a buscar la posibilidad de cerrar el año con un triunfo, tomé la punta pero enseguida me di cuenta que para mantenerla, estaba corriendo muy exigido y no tenía sentido. Así que me guardé, quedé segundo y así llegué al final”.
Además de la notable obtención del título, hay otros aspectos a destacar en la conquista lograda por Maxi Gerardo.
Es el primer piloto extranjero en ganar el campeonato más importante de motociclismo de la región y, además, con su BMW logró quebrar la hegemonía de 12 años que tenía la marca Honda.
Y, por supuesto, el histórico acontecimiento de haber logrado en la misma temporada los dos títulos más importantes del motociclismo de Brasil: el Superbike 1000 Pro del Campeonato Brasileño y el Superbike 1000 Pro del certamen Gaùcho.
Fotos: Prensa Gerardo.
