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A los 78 años falleció ayer el multimillonario austríaco Dietrich Mateschitz, cofundador de la empresa de bebidas energizantes Red Bull y propietario de la escudería de la Fórmula Uno que lleva ese mismo nombre, además del equipo Alpha Tauri (así denominado por una marca de ropa) y que anteriormente se llamaba Toro Rosso.
Christian Horner, director del equipo Red Bull, expresó: “Él es la razón por la que estamos aquí. Fue su pasión por la Fórmula Uno y su visión. Era realmente entusiasta, alentador y nos apoyaba siempre, en los buenos y en los malos días. Me siento privilegiado por haberlo conocido. Y puedo decir por todo el equipo que, si bien estamos conmocionados, vamos a hacer exactamente lo que él hubiera querido, que es salir ahí con sus bólidos y hacer lo mejor que podamos, para asegurar este título de constructores”.
Por su parte, Mohammed Ben Sulayem, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), comentó que Mateschitz fue una figura enorme en el automovilismo. “Dedicamos una reflexión de toda la familia de la FIA a sus seres queridos en este momento. Lo extrañaremos enormemente”, expresó.
La llegada de Mateschitz a la Fórmula Uno se produjo en el año 2004, cuando le adquirió la escudería Jaguar Racing a Ford. A partir del año 2005 comenzó a competir bajo la denominación de Red Bull.
Al cierre de la temporada 2005 también compró al equipo Minardi, cambiándole el nombre a Toro Rosso y utilizándolo como equipo “B” de Red Bull para ir descubriendo nuevos talentos, formando parte del programa de jóvenes pilotos de Red Bull para la Fórmula Uno.
En forma paulatina, Red Bull fue creciendo en el mundial de Fórmula Uno, hasta llegar a su etapa más gloriosa, entre los años 2010 y 2013, logrando cuatro campeonatos mundiales en forma consecutiva con el alemán Sebastian Vettel como piloto.
La gloria volvió a amigarse con Red Bull en las dos últimas temporadas, en las que el neerlandés Max Verstappen se ha consagrado campeón del mundo.
Además, en 2010 la empresa compró y reformó el autódromo de Sebring, anteriormente conocido como Österreichring, al que denominó Red Bull Ring y que es el escenario del Gran Premio de Austria.
Si bien, seguramente, la participación de Red Bull en la Fórmula Uno puede ser la más destacada de sus promociones a nivel global, la empresa también es propietaria de varios clubes de fútbol.
Entre los más conocidos figuran el austríaco Red Bull de Salzburgo y el RB Leipzig de la Bundesliga de Alemania, pero también tiene equipos en Brasil, Estados Unidos y Ghana, a los que se suman clubes de hockey sobre hielo, auspiciando además a miles de deportistas de diversas disciplinas y a competencias y campeonatos de deportes extremos, como motociclismo (en sus principales variedades), bicicross y vuelo acrobático, entre otros.
En 1984, Mateschitz se asoció con el inversionista tailandés Chaleo Yoovidhya, quien había creado una bebida energizante con la marca Krating Daeng. Esta bebida, que sigue comercializándose con ese nombre en diversos mercados del sudeste asiático, está hecha a base de agua, caña de azúcar, cafeína, taurina, inositol y vitamina B y, en sus comienzos, en 1976, estaba destinada a los trabajadores rurales de Tailandia.
El inicio de la relación había ocurrido cuando en 1982 Mateschitz, que era director de marketing internacional de la marca alemana de pasta de dientes, champú y cremas para la piel Blendax, llegó a Tailandia. Allí probó la bebida Krating Daeng, con la finalidad de soportar el desfasaje horario (jet lag) que sufría.
Luego de la asociación entre Mateschitz y Yoovidhya, el austríaco comenzó a trabajar en una nueva fórmula, con la finalidad de integrar la bebida al mundo occidental, dando origen, en 1987, a Red Bull, la que empezó a venderse en Austria y actualmente se comercializa en más de 170 países. Según datos de economía y mercado, en 2021 la empresa tuvo una facturación de 7.800 millones de euros, por la venta de 9.800 millones de latas en todo el mundo.
De acuerdo a informes de Forbes, la fortuna personal de Mateschitz supera los 27.000 millones de euros.