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En una infartante definición, el sueco Marcus Ericsson (Chip Ganassi Racing) se quedó con la victoria en la emblemática competencia 500 Millas de Indianápolis, cerrando exitosamente su labor en el mítico óvalo, en la que fue la edición número 106 de la popular carrera.
La victoria del piloto escandinavo fue espectacular luego de una reñida lucha con el mexicano Pato O’Ward (Arrow McLaren SP) en las últimas vueltas de la competencia, poniendo una enorme cuota de incertidumbre con respecto a la dilucidación de la carrera.
El brasileño Tony Kanaan (Chip Ganassi Racing) completó el podio.
Sin dudas que el gran derrotado de esta edición fue el neozelandés Scott Dixon (Chip Ganassi Racing), quien largó desde el primer lugar de la grilla de partida, dominando la mayor parte de la carrera, pero una penalización por exceso de velocidad en la zona de boxes le quitó las posibilidades de pelear por la victoria.
Por su parte, Ericsson venía liderando, pero una bandera roja a cuatro vueltas del final le limó la ventaja que llevaba el sueco, permitiendo que O’Ward se le acercara peligrosamente, pero el sueco logró contener los embates del azteca para lograr su primer triunfo en la Indy 500, emulando de esa manera a su compatriota Kenny Bräck, que ganó la edición del año 1999.
Este es sin dudas el éxito más destacado de Ericsson, que tiene 31 años de edad, quien tuvo un pasaje por la Fórmula Uno entre los años 2014 y 2018, participando con los equipos Caterham y Sauber, pero sin haber podido destacarse.
Esta fue la cuarta presentación del piloto sueco en Indianápolis.
Por su parte, para O’Ward fue la tercera presentación. El piloto mexicano terminó sexto en 2020 y el año pasado ocupó la cuarta posición.
Visiblemente contento y emocionado, Ericsson, que había largado la carrera desde la quinta posición de la grilla de partida, comentó así su éxito al final de la carrera: “No me lo podía creer. Sabía que el auto era lo suficientemente rápido, pero aun así fue difícil. Tuve que hacer todo lo posible para mantenerlos detrás”.
