Las damas y la Fórmula Uno han mantenido a lo largo de los años, una intensa e innegable relación, ya sea como novias o esposas de pilotos, asistentes de los equipos, como ingenieras ocupando puestos en diseño y desarrollo de los autos y hasta como directoras de equipos, como el caso de Claire Williams en el Williams Racing.
El relacionamiento de la mujeres con el automovilismo comenzó prácticamente desde la génesis de los vehículos motorizados, cuando en el mes de agosto de 1888 Bertha Ringer, (esposa de Karl Benz), realizó el primer viaje de larga distancia en la historia del automóvil, entre Mannheim y Pforzheim, a bordo del Patent-Motorwagen Typ III, el primer vehículo motorizado que había sido creado y desarrollado por su marido. Con el pasar de las décadas, el gusto y la atracción de las damas por los autos ha ido creciendo en forma incesante y son miles las que han transformado al automovilismo en su gran pasión, llegando a competir en diversas categorías en todo el mundo.
Pero de todas ellas, solamente unas pocas, cinco en total, han podido llegar a tomar parte de un gran premio correspondiente al Campeonato Mundial de Fórmula Uno.
La primera mujer que ingresó a la Fórmula Uno fue la italiana María Teresa de Filippis, que luego de correr exitosamente en varias categorías italianas, se presentó en el Gran Premio de Mónaco de 1958, con un Maserati 250F, nada menos que el mismo auto con el que Juan Manuel Fangio había ganado el campeonato mundial el año anterior. La napolitana no pudo clasificar para largar la carrera.
En Bélgica la italiana largó décimo novena y llegó en el décimo lugar. En Francia no pudo correr porque rechazaron su inscripción por ser mujer. Pudo largar en Portugal e Italia, abandonando en las dos carreras. En Italia iba en cuarto lugar. Al año siguiente volvió a intentar correr en Mónaco, pero tampoco pudo clasificar, finalizando de esa manera su participación en la categoría.
La británica Divina Galica decidió probar suerte en 1976 en la Fórmula Uno, presentándose con un Surtees en el Gran Premio de Inglaterra, pero sin poder participar. Ese gran premio es el único en la historia de la Fórmula Uno que contó con dos damas inscriptas, porque también estuvo “Lella” Lombardi, que tampoco pudo largar.
En 1978 Galica se anotó en las dos primeras fechas con un Hesketh, pero no pudo largar en ninguna, alejándose definitivamente de la categoría.
Desiré Wilson llegó a la Fórmula Uno en el Gran Premio de Inglaterra de 1980, con un Williams, pero no logró clasificar. La sudafricana largó el gran premio de su país de 1981 con un Tyrrell. Por problemas políticos entre la FIA y la FOCA, finalmente esa carrera no fue válida por el campeonato mundial.
Por otra parte, Desiré Wilson fue la única mujer que ganó una carrera en un auto de Fórmula Uno. En 1980, en Inglaterra se desarrollaba el Campeonato Aurora, con autos de Fórmula Uno de temporadas anteriores y la sudafricana triunfó en la carrera disputada en Brands Hatch.
María Grazia “Lella” Lombardi es la mujer con más participaciones en el Campeonato Mundial de Fórmula Uno, la única que pudo ubicarse en la tabla de puntos de un gran premio y, hasta el momento, la última que pudo largar un gran premio en la máxima categoría.
La italiana se presentó por primera vez en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1974 y estuvo presente en 17 carreras, logrando largar en 12 de ellas.
El día del debut utilizó el número 208 en su Brabham BT42, el número más alto usado en la historia de la Fórmula Uno. Eso se debió a que su auspiciante era Radio Luxemburgo, que tenía la frecuencia 208 FM. No pudo clasificar, pero en 1975 logró tener continuidad en la temporada, largando su primer gran premio en Sudáfrica.
En el controvertido y fatídico Gran Premio de España disputado en Montjuich se despistó el auto de Rolf Stommelen, falleciendo cinco personas, provocando la detención de la carrera. En ese momento, “Lella” iba sexta y le correspondía un punto. Pero por no haberse completado el toal de la competencia, las autoridades dieron la mitad del puntaje reglamentario, por lo que la italiana sumó medio punto, siendo de todas maneras, la única mujer en lograr puntuar en la Fórmula Uno. Ese año corrió en 11 fechas y fue séptima en Alemania.
En 1976 se presentó en cuatro carreras, pudiendo largar solo en dos, en Brasil y en Austria, la que, en definitiva, fue su última presentación en la categoría.
Giovanna Amati incursionó en la Fórmula Uno, contando con experiencia en varias categorías promocionales, pero sin buenos resultados, ni siquiera en las tres temporadas en las que participó en la Fórmula 3000 Internacional.
La romana, hija de un exitoso productor de cine, disponía de un buen aporte económico y gracias a eso en 1992 pudo integrarse al ya decadente equipo Brabham, escudería que desaparecería al año siguiente. Amati se presentó en las tres primeras fechas de la temporada, pero no pudo clasificarse para largar en ninguna de ellas, por lo que fue sustituida por Damon Hill. Así se terminó su aventura en la Fórmula Uno, quedando la romana como la última mujer piloto de la máxima categoría, la que, si bien no pudo largar ningún gran premio, por lo menos tomó parte de la clasificación.