En todos los ámbitos de la vida, llevar un apellido famoso puede llegar a ser un arma de doble filo, porque puede jugar a favor o en contra y porque también, habitualmente, son inevitables (y muchas veces odiosas) las comparaciones, ya se trate del “hijo de”, el “hermano de” o el “primo o sobrino de”…
En el deporte, no es la excepción: tener un apellido ilustre puede llegar a favorecer a quien lo lleva, allanando el camino, permitiendo abrir puertas con más facilidad y lograr oportunidades con mayor asiduidad. Incluso, en el caso del automovilismo deportivo, un nombre famoso puede servir para obtener mejores patrocinios, conseguir mecenazgos a muy temprana edad y generar interés en equipos y auspiciantes, los cuales, muchas veces, son infundados lo que le otorga al protagonista una efímera etapa de actividad y de fama, especialmente cuando no se colman las expectativas generadas.
En el próximo Campeonato Mundial de Fórmula Uno se producirá el debut de Mick Schumacher, hijo del recordado Michael Schumacher, quien fue uno de los más grandes pilotos que ha tenido la categoría a lo largo de toda su historia.
Por más que se lo niegue o se quiera disimular, el joven alemán llega a la Fórmula Uno, debutando en el Haas F1 Team, apadrinado por Ferrari, el equipo en el que su padre se convirtió en el máximo ídolo de los tifosi conduciendo los autos de Maranello, con los que logró cinco campeonatos del mundo.
Este año, Mick debutará en la categoría en la que Schumi obtuvo siete títulos mundiales y 91 victorias, récords que el alemán mantuvo durante muchos años hasta que en 2020 Lewis Hamilton igualó la cantidad de campeonatos y superó el número de triunfos. Su tío, Ralph Schumacher, también tuvo un destacado paso por la Fórmula Uno, habiendo ganado seis grandes premios.
El joven alemán (nacido el 22 de marzo de 1999 en Suiza) debutó en el automovilismo en el año 2015 en la Fórmula 4 de Alemania. Al año siguiente se consagró vice campeón en esa categoría y también en la Fórmula 4 Italiana, pasando en 2017 a la Fórmula 3, en la que obtuvo su primer título en 2018, con ocho triunfos y 14 podios en 30 competencias.
En el año 2019 se incorporó a la Fórmula 2, pero no tuvo una buena temporada, logrando una sola victoria y terminando el campeonato en la duodécima posición. En diciembre del año pasado, pocos días después de haberse confirmado su ingreso a la Fórmula Uno, Mick se consagró campeón de Fórmula 2 en una apasionante definición.
Para Mick, es la posibilidad de concretar su mayor anhelo que es llegar a la Fórmula Uno, tal como él mismo lo ha comentado reiteradas veces, expresando: “He subordinado todo para estar en la Fórmula Uno. No tengo un plan B”.
Pero es también un enorme desafío, que entraña grandes riesgos, más allá de las esperadas y exigentes comparaciones con su padre. Y es que Schumacher Jr. va a debutar en el equipo estadounidense Haas, una escuadra que llegó a la Fórmula Uno en el año 2016 y que a lo largo de estas temporadas no ha logrado consolidarse, manteniéndose en posiciones de retaguardia, sin mayores destaques.
Además, también hay que tener en cuenta el gran reto, la singular apuesta de Haas, que iniciará la temporada con dos pilotos totalmente inexperientes, porque el compañero de equipo de Mick será el ruso Nikita Mazepin, quien también estará debutando en la Fórmula Uno, lo cual puede ser un enorme hándicap, tanto para los pilotos como para el equipo, por más que se trate de una temporada de transición como se la he denominado, esperando los grandes cambios en la categoría para el año 2022.
Desde enero de 2019 el hijo de Schumi integra la Academia de Pilotos de Ferrari y simplemente era cuestión de tiempo poder concretar su debut en la Fórmula Uno. La escudería de Maranello ha seguido atentamente su evolución y en enero de 2020, ante algunas versiones surgidas en la prensa italiana respecto a la probable llegada de Mick a Ferrari para este año, el director deportivo del equipo italiano, Mattia Binotto, se apresuró a salir al cruce de los rumores, desmintiendo las versiones y aclarando que él consideraba que no es bueno debutar en un auto de la escudería en la Fórmula Uno, sino que lo mejor es debutar con otro equipo.
La llegada de Schumacher Jr. a Haas bien puede ser tomada como una experiencia piloto, con la indudable influencia de Ferrari, que es el proveedor de las unidades de potencia del equipo que es propiedad de Gene Haas. Sin dudas que el equipo de Maranello examinará minuciosa y detenidamente toda la actividad del joven alemán, mirando hacia el futuro.
También hay que tener en cuenta que para este año, llegó a la Scuderia Ferrari Carlos Sainz, quien firmó un contrato por dos años con la escuadra italiana.
Y de ahí, los siempre ansiosos periodistas italianos han indicado y pronosticado que quizás, al final de la temporada 2022, le llegue el momento a Mick Schumacher de ser piloto Ferrari de Fórmula Uno, siempre y cuando su gestión en Haas colme las expectativas de la escudería del cavallino rampante.
Lo cierto es que el 28 de marzo el apellido Schumacher volverá a estar en la grilla de largada de un gran premio de Fórmula Uno, algo que no ocurría desde el 25 de noviembre de 2012, cuando Michael disputó, a bordo de un Mercedes, su última carrera en la categoría, que fue el Gran Premio de Brasil.
