La disputa del Gran Premio de Bélgica de 2019 marcó la primera victoria de Charles Leclerc en la Fórmula Uno. Un momento inolvidable para cualquier piloto, pero si ese primer triunfo se logra con Ferrari, como le ocurrió al piloto monegasco, pasa a ser más destacado y a tener mayor trascendencia.
En la siguiente fecha, el Gran Premio de Italia disputado en el mítico autódromo de Monza, Leclerc sumaba su segunda victoria consecutiva, desatando el alocado festejo de miles de tifosi ferraristas en el legendario circuito.
Luego, en Singapur, llegaba el momento del éxito para Sebastian Vettel, que se quedaba con una polémica victoria luego de una decisión interna de los responsables del equipo, cuando todo apuntaba al tercer triunfo consecutivo de Leclerc.
Ferrari comenzaba a plantearle oposición a la omnipotente escuadra Mercedes, contando con una impresionante performance de su motor.
Las sospechas sobre el rendimiento del impulsor de Maranello comenzaron a crecer, por lo que las autoridades iniciaron una serie de análisis, detectándose que un presunto uso anómalo del flujo de combustible permitía una mayor eficacia del motor, lo que obligó a dejar de usarlo, perdiendo rendimiento, tal como quedó claramente demostrado en la pista.
Un rendimiento que el equipo de Maranello no ha podido recuperar este año. Por el contrario, todo va de mal en peor y en el correr de la temporada lo único positivo han sido los dos inesperados podios que ha logrado Leclerc. Poco, muy poco, para el equipo más exitoso de la Fórmula Uno.
El pasado fin de semana en Bélgica, Ferrari pareció tocar fondo. Ya desde los entrenamientos del día viernes, los autos de Maranello se vieron claramente superados, no pudiendo siquiera meterse en la pelea por las posiciones del medio del pelotón. Incluso se llegó a temer que el sábado no lograran pasar la primera tanda de la clasificación. Se salvaron porque más atrás quedaron los cuatro autos de los otros dos equipos que también usan motores Ferrari: Alfa Romeo y Haas.
En la segunda tanda, Leclerc quedó en el lugar 13 y Vettel en el 14, sin poder siquiera arrimarse al top ten.
En carrera, no les fue mucho mejor. Las posiciones se invirtieron, con Vettel terminando en la posición 13, seguido por Leclerc.
Por primera vez desde el año 2010 los autos de Ferrari no pudieron sumar puntos en una fecha del campeonato mundial. Una década atrás, en el Gran Premio de Gran Bretaña, Fernando Alonso finalizó en el puesto 14, seguido por Felipe Massa.
El próximo fin de semana, Ferrari se enfrentará a un tremendo desafío: el Gran Premio de Italia en Monza, en el que los augurios no son para nada buenos para la escudería italiana y los tifosi saben que no pueden esperar milagros.
Quizás, y sin quizás, en Maranello muchos estén agradeciendo que la competencia se tenga que disputar sin público, debido a las condiciones impuestas, lamentablemente, por causa de la pandemia del coronavirus.
Y una semana después, en el Gran Premio de la Toscana a disputarse en el autódromo de Mugello, la escudería más exitosa de la Fórmula Uno festejará su gran premio número 1.000.
Fotos: Scuderia Ferrari.