Finalmente no prosperó la iniciativa que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y Liberty Media (la empresa que maneja los derechos comerciales de la categoría) le presentaron a los equipos de la Fórmula Uno, iniciativa que contemplaba la posibilidad de utilizar el sistema de grilla invertida como forma de incrementar la atracción y la competitividad en las competencias.
Era evidente que los equipos más poderosos iban a oponerse a este sistema (usado habitualmente en muchas categorías promocionales), en el que los últimos clasificados largan desde las primeras posiciones de la grilla de partida, mientras que los más veloces deben salir desde los últimos lugares.
Desde un primer momento el equipo Mercedes se mostró en desacuerdo con la aplicación del sistema, algo lógico si se toma en cuenta que la escuadra germana ha dominado ininterrumpidamente a la Fórmula Uno desde el año 2014 y no le interesa en absoluto complicarse la vida, arriesgando que sus pilotos tengan que tomar mayores exigencias a las habituales por el hecho de partir desde el fondo de la grilla.
En nombre de Liberty Media, Chase Carey expresó que habían planteado la opción de la parrilla invertida, pero que no todos los equipos estuvieron de acuerdo, por lo que la idea tuvo que ser descartada, debido a que realizar este tipo de cambios con tan poco tiempo exige unanimidad y eso, obviamente, no fue posible lograrlo.
El sistema de grilla invertida que se había planteado se hubiera aplicado solamente en los autódromos en los que se disputarán fechas dobles.
En la actividad del viernes se mantendrían las habituales tres sesiones de entrenamiento.
La gran diferencia sería en la jornada del sábado, porque en lugar de desarrollarse las series de clasificación, solamente se disputaría una carrera de 30 minutos de duración, la que se largaría con orden invertido en relación a la clasificación general del campeonato hasta ese momento.
El resultado final de esa carrera permitiría ordenar la grilla de partida del gran premio a disputarse el domingo.
Esa era la idea original, con la que los organizadores del campeonato buscaban aumentar la atracción de las carreras, dándole más emoción y tratando de incrementar la competitividad como forma de lograr mayor atención por parte de los aficionados. Pero, finalmente, todo quedó en la nada, aunque seguramente en un futuro no muy lejano, la propuesta volverá a estar sobre la mesa de negociaciones de los organizadores del campeonato y de los representantes de los equipos.