Hoy se conmemora el Día Mundial de la Seguridad Vial y es un buen momento para recordar que si bien la actual pandemia del coronavirus, Covid-19 o como se le quiera llamar, está teniendo, lógicamente, una enorme difusión, dejando un tanto de lado a otras de las grandes pandemias que sufre la humanidad desde hace años como es la de los siniestros de tránsito, de ninguna manera podemos bajar los brazos en la lucha por reducir los siniestros de tránsito y sus fatales consecuencias.
Los siniestros de tránsito son una pandemia que a nivel mundial en los últimos años ha provocado la muerte de millones de personas, dejando a varios millones más con secuelas permanentes.
En el tema de la seguridad vial y de los siniestros de tránsito, siempre es bueno recordar y reconocer que todos somos parte del problema, y, por lo tanto, todos somos parte de la solución.
Si bien en las últimas semanas han descendido los siniestros de tránsito y la cantidad de heridos y fallecidos, esto ha sido por causa de la cuarentena obligatoria provocada por el coronavirus, por lo que no debe tomarse como una mejoría en la seguridad vial, sino que, por el contrario, obliga a redoblar esfuerzos para cuando la “nueva normalidad” termine de completar su proceso y todas las personas vuelvan a desarrollar sus tareas como lo hacían habitualmente antes de la pandemia.
En Uruguay, en la última década ha habido un promedio de 500 muertes anuales por causa de los siniestros de tránsito, con alrededor de 25.000 lesionados al año, muchos de los cuales quedan, lamentablemente, con secuelas permanentes. También hay que recordar que los siniestros de tránsito son la principal causa de fallecimiento entre las personas más jóvenes.
Por eso no debemos descuidar en absoluto la educación vial y el respeto por las leyes y ordenanzas de tránsito, destacando los riesgos que se asumen por no acatar las disposiciones pertinentes, debido a que se pone en peligro no solamente la salud de los conductores imprudentes, sino también de los demás usuarios de la vía pública.
La seguridad vial depende, lógicamente, de los correspondientes reglamentos de tránsito emitidos por las autoridades competentes, pero, en mucho mayor porcentaje, también depende de la responsabilidad individual de cada individuo, ya sea conductor, motociclista, ciclista o peatón.
Por eso, reiteramos la frase que utilizamos al principio de este artículo: “todos somos parte del problema, y, por lo tanto, todos somos parte de la solución”.
Foto: EFE.
