El Ayuntamiento de Sevilla y la empresa de origen chino EHang Holdings Limited han confirmado la firma de un acuerdo mediante el cual comenzarán a trabajar en conjunto para la construcción de una terminal de pasajeros y de plataformas de despegue y aterrizaje de vehículos voladores autónomos. De esta manera, la compañía asiática expande a Europa su programa de vehículos aéreos autónomos, mediante la alianza concretada con la ciudad española.
Sin dudas que el tránsito urbano es uno de los mayores problemas que se debe afrontar al día de hoy en las grandes ciudades a nivel global. De ahí, que los gobiernos y diferentes empresas estén de acuerdo en el desarrollo de nuevos proyectos de movilidad, que sean rápidos, eficaces, no contaminantes y respetuosos del medio ambiente.
A eso apuntan tanto el gobierno sevillano como la empresa china, que han alcanzado un acuerdo para tratar de lograr una solución al acuciante problema de la movilidad, lo que posibilita entonces que se ponga en ejecución este programa piloto de Movilidad Aérea Urbana (UAM).
Lo primero que hay que destacar con respecto a esta noticia es que la firma de este acuerdo es solamente el primer paso en el desarrollo de un ambicioso proyecto, en el cual todavía no han sido fijados claramente los plazos de ejecución de las distintas etapas.
EHang es una de las empresas de vanguardia en lo que se refiere a los vehículos voladores autónomos de despegue vertical (VTOL). Incluso, el año pasado la compañía china ya efectuó demostraciones de un vuelo real con pasajeros y pocos días atrás informó que sus vehículos voladores fueron utilizados en China para el transporte de suministros médicos durante la epidemia de coronavirus.
El modelo EHang 216 tiene 16 hélices fijadas sobre ocho ejes. Pesa 600 kilos y es capaz de volar a 130 km/h con una autonomía de unos 25 minutos, con una carga de 220 kilos. Este vehículo volador autónomo utiliza 4G y 5G como canales de transmisión inalámbrica de alta velocidad, para permitir la transmisión de datos de vuelo en tiempo real y el control remoto de la aeronave. Para la recarga (en una hora) puede utilizarse una línea de 220 volts.