Estamos en plena temporada estival, lo que significa para mucha gente salir de vacaciones, lo cual queda demostrado por la enorme cantidad de tránsito que hay diariamente en las rutas de nuestro país.
Antes de salir, más cuando va a realizarse un viaje de larga duración, es totalmente recomendable realizar una revisión general al vehículo que se va a utilizar. Aunque para mucha gente es una pérdida de tiempo innecesaria, emplear algunos minutos en hacerla o llevar el vehículo a un taller, puede significar la diferencia entre disfrutar de unas vacaciones a pleno, o sufrir algunas molestias por rotura o mal funcionamiento de algún elemento del vehículo. Lo primero que hay que mirar es la fecha y los kilómetros recorridos desde la realización del último service, para saber si hay que hacer uno nuevo o si ha sido realizado hace poco tiempo.
A simple vista, lo más fácil para revisar son los neumáticos. No hay que olvidarse que son el único punto de contacto entre el vehículo y la calle, ruta o camino por donde se transita. Hay que observar con detenimiento la profundidad del dibujo. Esto es fundamental para el correcto agarre del neumático al suelo y para contar con una correcta tracción. Además, en caso de lluvia, un neumático con poco dibujo pierde la capacidad de evacuar correctamente el agua, con el consiguiente peligro de realizar aquaplaning. También es fundamental verificar que todos (incluso la auxiliar) tengan la correcta presión de inflado, en especial si se va a viajar con el vehículo muy cargado. Prestar especial atención a los cortes o “huevos” que pueda tener un neumático en la parte lateral.
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A esto hay que sumarle la alineación y el balanceo, para no tener desagradables sorpresas y un viaje complicado, sin olvidar a los amortiguadores, que también cumplen una delicada función, no solo de confort, sino también de seguridad.
Otro elemento a revisar es el líquido de frenos. Muchas veces, el nivel del líquido se mantiene estable, lo que puede hacer pensar equivocadamente que está todo perfecto. El líquido de frenos puede ver disminuidas sus propiedades y su eficiencia con el paso del tiempo, más que con la acumulación de kilómetros recorridos por el vehículo. De ahí que una consulta con el mecánico sea de gran ayuda, en especial cuando se trata de vehículos con muchos años de uso. También es recomendable hacer revisar todo el sistema de frenos, para chequear posibles desgastes.
El nivel del aceite y su viscosidad son fundamentales para la eficiencia y el correcto funcionamiento del motor. Se recomienda controlar el nivel periódicamente, pero si se va a hacer un viaje de larga distancia, es bueno realizar el cambio de aceite y filtros, aun cuando falten algunos kilómetros para llegar al límite de uso. También es recomendable revisar el estado del filtro de aire y el de combustible.
El nivel del líquido refrigerante también es de gran importancia, especialmente por tener que soportar las altas temperaturas del período estival. Siempre es conveniente una revisión periódica para evitar problemas en ruta.
Otro elemento a revisar son las escobillas y el nivel del líquido de los limpiaparabrisas. En caso de viajes largos bajo lluvia, si las escobillas están dañadas o demasiado gastadas, no cumplirán eficazmente su función, con la consiguiente pérdida de visibilidad, algo sumamente peligroso.
Además, no hay que olvidar chequear todo el sistema de luces, tanto delanteras como traseras. Muchas veces, transitando en ciudad el conductor no percibe que hay alguna lamparita quemada, pero al salir a la ruta en horario nocturno, esto puede provocar complicaciones, no solo para ver bien la ruta, sino también, para ser visto correctamente.