La historia deportiva de Tomás Granzella es la de tantos y tantos jóvenes que a muy temprana edad descubren su pasión por los deportes motorizados, dejando de lado otros entretenimientos y diversiones, para enfocarse directamente en conseguir sus objetivos.
“Desde muy niño se me despertó un interés muy grande por todo lo que eran los autos, ya se notaba que lo mío iba por ese lado, estaba todo el día jugando a la Play al Gran Turismo y mirando Cars y, luego de mucho insistir, a los nueve años me compraron mi primer kart, pero desde chiquitito venía insistiendo”, comenzó señalando.
Luego agregó: “A partir de ese momento fue que arrancó esto que no paró nunca más gracias a Dios. Es una pasión que después fue involucrando a toda la familia y, lógicamente, que sin ellos esto hubiera sido imposible, porque el apoyo que me dio mi familia siempre fue imponente.
Luego recordó que en su familia no hay antecedentes de pilotos de automovilismo, pero destacando que su abuelo fabricaba las rótulas Granzella. Él llegó a trabajar con Fangio, con Oreste Berta, con Froilán González y en su momento ayudó a Crespi en el desarrollo de su auto.
“Desde que comencé en karting toda mi familia se enganchó, mi padre, mi madre y mi hermana siempre me acompañaron y es una suerte poder compartirlo en familia”, acotó.
En el karting Granzella ganó en 2018 el Uruguay Kart Series, en 2020 ganó el Trofeo Gonchi Rodríguez, destacando que fue un momento muy especial y muy emotivo. También fue campeón nacional Master en 2021. Y en Argentina fue tri campeón bonaerense.
“Cuando iba a empezar a correr en autos, la pandemia truncó todos mis planes, porque mi idea era correr en monopostos en Argentina. Entonces hice mis primeras armas acá en la Fórmula 4 Uruguaya y fui campeón nacional, fue una etapa muy bonita”, recordó.
A medida que se fue superando la pandemia logró correr en Argentina en 2022, coronándose campeón en la Fórmula 3 Entrerriana y también corrió alguna carrera en la F3 Metropolitana. Al año siguiente pudo estar a temporada completa en la Metropolitana, en un año muy peleado, con muchísimo nivel, donde siempre pudo estar entre los 10 primeros.
“Al final de 2023 me surgió la primera posibilidad de ir a Europa, cuando fui a probar el Lamborghini Huracán en Barcelona. Fue una experiencia increíble. Nunca había manejado nada que tuviera más de 150 caballos y de la nada me subo a un “Lambo” que tenía 620 caballos. Para mi sorpresa anduve demasiado bien y ahí pensé que si pude manejar ese tremendo bicho sin ninguna experiencia previa y hacerlo de la manera en la que lo hice, creí que tenía la oportunidad de buscar nuevos caminos y explotar este potencial que tenemos. Ahí comenzamos a buscarle la vuelta para ver si podíamos participar en alguna carrera en Europa y así se dio todo lo que se dio en 2024”, comentó.
Tomás continuó expresando: “Fue ahí que surgió la posibilidad de correr en la Ligier European Series, en Francia, en el equipo de Yvan Muller, el ex compañero de Santi Urrutia en Cyan Racing. Tuvimos algún problema mecánico, pero mi performance fue muy buena y eso me abrió las puertas para poder suplir a una pilota en Spa. Ahí, con un auto que funcionó de 10, hice las dos pole positions y me volví con podio en las dos carreras. No pude ganar porque me chocaron, pero me permitió mostrarme mucho y un equipo español de GT4, que es para el que actualmente estoy corriendo, se interesó y ahí comenzaron las conversaciones para estar donde estoy”.
Luego señaló que tiene algunos apoyos económicos, como proveedores, conocidos y amigos, que dentro de sus posibilidades dan una mano, pero la mayoría del presupuesto es gracias al esfuerzo familiar. Cada vez que viaja estudia la combinación más barata, los puntos que puede usar para pagar los pasajes y la fecha de salida más conveniente, destacando que es un esfuerzo familiar enorme y que este año todavía le quedan cuatro viajes.
En referencia a su futuro expresó: “El proyecto deportivo se está poniendo tan serio que mi familia decidió que prácticamente es nuestra prioridad número uno y me están dando el apoyo hasta donde pueden, obviamente, pero realmente es muy, muy difícil. Yo corrí tres años con el mismo kart y salí tres veces campeón, mientras que al máximo nivel europeo cambian el kart todas las carreras”, señaló.
Tomás continuó comentando que su próxima actividad será al final de este mes, en el circuito de Jarama, con la categoría Supercars Ibérico GT4, con la que disputó la primera fecha en Portugal en el inicio del mes de abril.
Con respecto a esa actualidad, dijo: “La categoría tiene un gran nivel, hay pilotos y equipos muy, muy profesionales. Nosotros como equipo estamos muy bien parados, tenemos un Mercedes sumamente competitivo y creo que tanto yo como el otro piloto con el que comparto el auto, Max Huber, hemos demostrado estar a la altura. Obviamente que los otros equipos son muy buenos también y es muy difícil ganarles, pero creo que con el podio que hicimos en la primera fecha demostramos que, sin lugar a dudas, en algún momento podemos ir por la victoria”, comentó con respecto a su actual actividad.
“El apoyo económico es fundamental y condiciona todo. Si tuviera mayor apoyo ya podría estar hablando de hacer test, poder ir a probar antes de las carreras, todo eso que nos sirve para sumar kilómetros y llegar más fuertes. Todos los pilotos lo hacen, pero nosotros no lo hacemos porque no podemos. Yo llego a un circuito al que no conozco, con un auto al que más o menos conozco y tengo que subirme y tratar de llevarlo al límite y ser lo más rápido posible. Esta es la realidad que me toca hoy en día, dar cinco vueltas y salir a clasificar. Para peor, después de esta próxima fecha no habrá carreras hasta setiembre y mientras que yo me quedo sin correr durante mucho tiempo, seguramente mis rivales van a seguir compitiendo en otras categorías. El problema es que no tenemos presupuesto para más nada. El automovilismo es un deporte en el que manda mucho el dinero, es un deporte muy complicado”.
“La gente se piensa que yo me voy a pasear a Europa cada dos meses. Cuando estoy allá estoy encerrado en un hotel trabajando para llegar lo más fuerte posible a la carrera. Estuve en Madrid varias veces y no conozco Madrid. Estuve en París y no fui a la Torre Eiffel. Yo voy a Europa a trabajar, no a pasear. Es un miedo constante de saber que te estás jugando la única bala que tenés. Subirte al avión con el bolso y pensar, qué pasará esta vez, se darán las cosas como las estoy buscando, todo este trabajo que se está haciendo, todo este riesgo que estoy asumiendo, porque nosotros somos una familia trabajadora, que con lo justo va para adelante y hay que asumir ese miedo de que el riesgo está, pero uno confía en que las condiciones también las tiene, porque por algo llegué hasta acá y tampoco se puede dejar pasar la oportunidad. Es la incertidumbre, cada vez que subo al avión, de decir qué tiene la vida para mí. Es todo muy complicado”, comentó.
Y continuó diciendo: “Más allá del resultado, yo ya me siento ganador, en el sentido de poder ir a correr a Europa, en un Mercedes. Cuando yo tenía nueve años jugaba al Gran Turismo en la Play y ahora después de tantos años de trabajo, mirá dónde estoy. Si yo no hubiese trabajado todo lo que trabajé, si mi familia no hubiera estado conmigo, yo no hubiese llegado a ningún lado. Yo puedo decir que tengo una pole y podios en Spa-Francorchamps y eso, para mí ya es ganar. Yo viví cosas arriba de un auto de carrera que muy poca gente ha vivido y ha sentido. Tener que manejar un LMP3 bajo lluvia en Zandvoort, la primera vez que me subía a ese auto y en ese circuito… Yo llegué a la pista y había un auto que tenía mi nombre escrito y me tuve que subir a manejar ese bicho, con casi 500 caballos de potencia en ese circuito que es muy peligroso. Y yo me subí y traté de llevarlo lo más rápido posible”, terminó señalando.
Fotos: Tomás Granzella.