Nelson Vicente – Contacto: [email protected]
El próximo domingo los aficionados “tuercas” van a estar de parabienes, porque por la mañana tendrán la disputa del Gran Premio de Mónaco de Fórmula Uno y por la tarde, a partir de la hora 13:45 de Uruguay, se desarrollará la edición número 107 de las 500 Millas de Indianápolis.
Sin dudas que la atracción que generan las 500 Millas es casi incomparable, no solamente por la carrera en sí misma, sino también por todo su entorno, a lo que se le suma un riquísimo historial que comenzó a desarrollarse en 1911.
Y en ese historial, lógicamente, que tiene un lugar de privilegio el circuito en el que se disputa la competencia, el Indianapolis Motor Speedway, con sus 2,5 millas de extensión, denominado popularmente por los fanáticos como el “Brickyard”.
Ese sobrenombre proviene del material que se usó para la pista, que hasta 1961 era de ladrillos. El circuito original, inaugurado en 1909, era una mezcla de tierra, piedras y alquitrán, lo que lo tornaba muy riesgoso y peligroso, por lo que los propietarios decidieron cubrir toda la pista con ladrillos, de ahí el popular apodo.
En 1961 se asfaltó toda la pista, excepto la línea de largada y llegada, compuesta por una franja de 36 pulgadas de ladrillos, la cual se conserva hasta la actualidad.
Los pilotos más ganadores en la historia de las 500 Millas son AJ Foyt, Al Unser Sr, Ricky Mears y Helio Castroneves, que tienen cuatro victorias cada uno.
Por equipos, el Team Penske ha conseguido 18 triunfos.
El tipo de competencia se presta para tener un desarrollo muy atractivo, como lo prueba el hecho de que en 2017 y 2018 hubo 15 pilotos que llegaron a liderar.
Foto: AFP.
