“Lole” Reutemann en el recuerdo


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“Lole” Reutemann en el recuerdo
Reutemann transitando por el autódromo de Buenos Aires con la toma de aire floja.

A lo largo de las 11 temporadas que estuvo en la máxima categoría, el santafesino sumó triunfos, broncas, éxitos y sinsabores, algunos de los cuales vamos a rememorar en estas líneas.

Una de sus carreras más recordadas fue el Gran Premio de la República Argentina de 1974, cuando a bordo de un Brabham “Lole” dominó la mayor parte de la competencia, hasta que en la última vuelta se quedó sin nafta.

Reutemann largó desde la sexta posición y ya en el tercer giro quedó primero, comenzando a sumar una buena ventaja sobre sus perseguidores. Los 80.000 aficionados se aprestaban a festejar el primer triunfo del santafesino en la Fórmula Uno, cuando en las últimas vueltas el motor comenzó a fallar. Faltando unos 500 metros para el final de la carrera, el auto se detuvo completamente, dejándolo al “Lole” con las manos vacías. “El auto ya venía sin nafta a 140 kph. Se produjo un mayor consumo porque se desprendió la toma de aire”, señaló Reutemann.

En el palco estaba el Presidente Juan Domingo Perón, a quien Reutemann fue a saludar. El Presidente le regaló su lapicera como reconocimiento a su gestión. Algunas versiones indican que “Lole” la guardó y la utilizó para firmar su afiliación al Partido Justicialista y cuando asumió como gobernador de Santa Fe.

El Gran Premio de Mónaco de 1980 tuvo a Carlos Reutemann como ganador de una carrera que terminó bajo lluvia. El “Lole” largó desde el segundo lugar de la grilla en la que Didier Pironi se ubicaba en la primera posición. Alan Jones superaba a Reutemann, que quedaba tercero y así se encolumnaban los pilotos.

Luego Jones abandonaba y Pironi comenzaba a tener problemas con la caja de cambios, mientras la lluvia arreciaba sobre el circuito. El francés perdió el dominio de su auto y se estrelló contra las protecciones de la curva del Casino.

Así, Reutemann quedaba primero y terminaba adjudicándose la victoria.

El podio del Gran Premio de Mónaco de 1980. Foto: Prensa Williams.

Si ganar en el Principado es algo trascendente para cualquier piloto, para el “Lole” ese triunfo fue muy especial, tal como lo comentó posteriormente, porque fue la primera vez que fue a verlo correr su familia en pleno: su esposa “Mimicha” y sus hijas Cora Inés y Mariana.

En esa época los Reutemann vivían en Saint-Jean-Cap-Ferrat, en la Costa Azul, en Francia, localidad balnearia ubicada muy cerca del Principado, lo que favoreció la presencia familiar y un festejo muy especial.

Además, con ese triunfo, el santafesino cerró un período de más de 18 meses sin victorias.

El recordado cartel de la carrera disputada en Jacarepaguá.

La disputa del Gran Premio de Brasil de 1981 marcó un antes y un después de Reutemann en el equipo Williams. Ese día, el argentino lideró la competencia disputada en Jacarepaguá desde el comienzo, sumando más de cinco segundos de ventaja sobre su compañero de equipo Alan Jones. Por contrato, si “Lole” le llevaba menos de siete segundos a Jones, debía entregarle la posición. En la vuelta 55 el equipo mostró el cartel “Jones-Reut”, ordenando que el santafesino dejara pasar al australiano. Reutemann no obedeció la señal, siguió liderando y terminó ganando la carrera, escoltado por Jones, quien quedó tan furioso que ni siquiera se presentó en el podio.

El 17 de octubre de 1981 se definía el título mundial en un circuito diagramado en el estacionamiento del Hotel Caesars Palace de Las Vegas. Reutemann lideraba el campeonato, con un punto de ventaja sobre Nelson Piquet.

Por un toque con Piquet en los ensayos, contra su voluntad, “Lole” tuvo que cambiar de auto para la carrera. Largó primero, pero en la primera curva quedó tercero por problemas en la caja de cambios y siguió perdiendo posiciones hasta que fue superado por Piquet, que terminó quinto, lo que le permitió ganar el campeonato por un punto.

Reutemann y Piquet en el circuito de Las Vegas.

Jones ganó la carrera ante la enorme algarabía del equipo, que además, festejaba la conquista del título de constructores, en contraste con la lógica bronca y desazón de Reutemann por haber perdido el campeonato.

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