Ayer domingo la mañana comenzó de muy mala manera, cuando recibimos de parte de nuestro colega Robert Gianola la noticia del fallecimiento de Marcelino Iroldi.
Una noticia que, dadas las circunstancias que Marcelino había venido atravesando en los últimos meses, bien sabíamos que podíamos esperarla en cualquier momento. Pero de todas maneras, también sabíamos que cuando llegara ese ingrato momento no íbamos a estar preparados. Y así fue. No estuvimos preparados, el golpe fue duro y duele mucho.
Marcelino fue un ejemplo de coraje, de valentía, de esfuerzo sobrehumano, porque sabiendo que estaba peleando con un rival durísimo jamás bajó los brazos ni se dio por vencido. Al contrario, puso todo lo que había que poner y mucho más todavía, para sobrellevar la situación que iba empeorando paulatinamente.
Nunca aflojó, nunca se tomó un descanso, nunca dejó de tener planes e ilusiones. Hace menos de un mes, en la ceremonia final del 19 Capitales, estábamos hablando con él y con nuestro colega Mario Rosa con respecto a lo que pensaba hacer en la edición del próximo año, sabiendo incluso que quizás esa próxima edición no le llegaría, pero soñando e ilusionándose con nuevos desafíos, algo que le permitió a lo largo de todos estos meses de su cruel enfermedad sobrellevarla de la mejor manera.
Así era Marcelino. Así fue toda su vida y seguramente en el más allá, seguirá siéndolo. Un tipo optimista, solidario, incansable, pleno de ganas de vivir y de disfrutar la vida a su manera, al límite, a fondo. Un tipo que cuando encaraba un proyecto lo llevaba adelante contra viento y marea, incluso, muchas veces sin réditos económicos, porque su pasión y su corazón muchas veces podían más que la razón.
Así se nos fue Marcelino. Dejándonos su ejemplo, su carisma, su amistad, sus ganas de vivir, su coraje indoblegable y sus ilusiones a flor de piel.
La foto que ilustra esta nota tiene un significado muy especial, porque corresponde al lanzamiento del Rally del Atlántico 2019 en Presidencia de la República. Un lanzamiento y un rally que él vivió de una manera muy particular, porque sabía que tal vez podría llegar a ser el último que iba a realizar y, como siempre, lo encaró con todas las ganas, con optimismo, con pasión y con coraje. Porque así vivió su vida y así queremos recordarlo.
Que en paz descanses Marcelino.
Desde Motorsports le hacemos llegar nuestro más sentido pésame a Fabiana, a Omar, a toda su familia, a sus amigos, a sus colaboradores y a todo el equipo de A Todomotor.
Marcelino permanecerá por siempre en nuestra memoria y en nuestros corazones, porque todos estamos, y seguiremos estando, unidos “por una misma pasión”.