Luego de haberse concretado la fusión del grupo ítalo americano FCA (Fiat Chrysler Automobiles) con el grupo francés PSA, comenzó a extenderse rápidamente la etapa de los rumores, las primicias, los datos súper exclusivos, etc.
En muchos de los informes que se dieron a conocer a partir del 1° de noviembre del año pasado por parte de diversos medios de prensa, se planteaba el futuro de varias de las marcas integrantes de ambos grupos de la industria automotriz.
Cabe recordar que por el lado del grupo FCA están incluidas las marcas Fiat, Chrysler, Jeep, Ram, Dodge, Lancia, Alfa Romeo y Maserati, entre otras, mientras que el Grupo PSA, es el poseedor de Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall.
Por supuesto que esto no pasó desapercibido para los responsables de los dos grupos, por lo que la respuesta oficial no se hizo esperar.
El CEO del Grupo PSA, Carlos Tavares, quien será el director ejecutivo de la nueva empresa resultante de la fusión durante los primeros cinco años, ha expresado su idea de preservar las marcas de ambos grupos. “El mayor activo intangible de una compañía automotriz es la cartera de marcas”, recordando de esa manera lo que hace un tiempo había expresado Sergio Marchionne, cuando se desempeñaba como CEO del Grupo FCA.
En declaraciones efectuadas a la prensa norteamericana, Tavares comentaba que las marcas llevan pasión y emoción y que cada una tiene su historia, por lo que en el seno de la nueva compañía matriz, que tendrá su domicilio en Holanda, se considera que se deben respetar los orígenes de las distintas marcas.
“Las marcas italianas se quedarán en Italia, las marcas francesas se quedarán en Francia, las marcas estadounidenses permanecerán en los Estados Unidos y las marcas alemanas se quedarán en Alemania”, expresó Tavares, dando a entender de esa manera que cada una de ellas seguirá estando en el futuro en los respectivos mercados.
La fusión de los dos grupos ha llevado a la creación de un nuevo gigante de la industria automotriz mundial, que se estima que podrá fabricar más de 8.500.000 vehículos al año, con una facturación de unos 170.000 millones de euros anuales.