El circuito de Sakhir, que el domingo pasado fue el escenario para la disputa del Gran Premio de Bahréin, segunda fecha del Campeonato Mundial de Fórmula Uno, vuelve a tener actividad esta semana, porque entre hoy y mañana se están realizando las primeras pruebas postcarrera de la presente temporada, contando con dos presencias estelares.
Por un lado, el retorno a la categoría de Fernando Alonso, quien a bordo de un McLaren estará realizando una serie de tests de neumáticos.
Por el otro, el estreno oficial a bordo de una Ferrari de Mick Schumacher, hijo del séptuple campeón del mundo Michael Schumacher, uno de los más gandes ídolos de los tifosi ferraristas.
Alonso se sube nuevamente a un McLaren de Fórmula Uno durante toda la primera jornada de pruebas, dedicado especialmente a testear los neumáticos Pirelli.
El asturiano, que este año está compitiendo con Toyota en el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) y aspira a ganar las 500 Millas de Indianápolis, retorna de esa manera a la actividad con el equipo que integró hasta la pasada temporada.,
También te puede interesar: Flechas bien afiladas
El joven alemán terminó en el octavo lugar en la primera carrera del campeonato de Fórmula 2, mientras que en la segunda carrera arribó en la sexta posición.
Gran expectativa rodea a esta presentación de Schumacher Jr. con Ferrari. Miles de fanáticos de la escudería de Maranello comienzan a ilusionarse con la llegada, por segunda vez en la historia del equipo, del apellido Schumacher al equipo.
En el primer día de pruebas, Mick prueba con la Ferrari, mientras que mañana miércoles lo hará con un Alfa Romeo.
Otro de los aspectos destacados de estos tests posteriores al gran premio, es la doble actividad que tendrá George Russell.
El piloto británico, que debutó con el equipo Williams en la Fórmula Uno en la primera carrera de este año disputada en Australia, realiza la prueba del día martes con un auto del equipo para el que compite actualmente (el más lento y de peor performance de toda la categoría).
Mañana miércoles, Russell, una de las jóvenes promesas del automovilismo británico, se subirá a un Mercedes, cambiando de esa manera la pobre gestión del Williams, con la del auto de la escudería más exitosa de los últimos tiempos.
