Fernando Alonso ha encontrado en otras categorías las satisfacciones y alegrías que se la negaron en sus últimas temporadas compitiendo en el Campeonato Mundial de Fórmula Uno.
El pasado fin de semana fue el turno de ganar las 1000 Millas de Sebring, competencia que marcó la disputa de la sexta fecha del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC).
El piloto asturiano compartió la conducción del Toyota TS050 Hybrid con el suizo Sébastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima.
La fortuna le sonrió al equipo de Alonso, porque cuando los dos autos del equipo Toyota estaban separados en la pista por solamente cuatro segundos, un Aston Martin se cruzó adelante del otro Toyota, conducido en ese momento (quinta hora de carrera) por José María “Pechito” López.
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El golpe fue inevitable y el argentino tuvo que ir a reparar a boxes, perdiendo varios minutos, favoreciendo de esa manera al auto ganador, que se encaminó hacia la victoria, pero antes tuvo que superar algunos sobresaltos, porque la lluvia se abatió sobre el aeródromo ubicado en el estado de Florida, poniendo una exigencia extra al tramo final de la carrera.
El segundo lugar, a una vuelta, fue para el otro Toyota, tripulado por el inglés Mike Comway, el japonés Kamui Kobayashi y “Pechito” López.
El podio lo completó el SMP Racing de los pilotos rusos Mijail Aleshin y Vitaly Petrov y el neozelandés Brendon Hart.
Alonso se mostró muy feliz y emocionado al culminar la competencia, comentando que en menos de un año ha logrado ganar varias de las carreras más emblemáticas del automovilismo mundial, como son las 24 Horas de Le Mans, en Francia, las 24 Horas de Daytona también en el estado de Florida y ahora las 1.000 Millas de Sebring, dejando en claro que su gran objetivo para esta temporada es conseguir la victoria en la mítica 500 Millas de Indianápolis que se disputará el 26 de mayo.
