La actividad de la Fórmula Uno correspondiente a la temporada 2018 comenzó formalmente con la realización de las pruebas comunitarias en el autódromo de Montmeló, en las cuales pudieron verse los nuevos autos que los equipos pondrán en pista en el próximo certamen que comenzará a disputarse el domingo 25 de marzo con el Gran Premio de Australia a desarrollarse en Melbourne.
Sin dudas que uno de los aspectos más destacados de esta presentación formal de los autos fue el Halo, ese elemento de seguridad que a partir de esta temporada equipa a todos los bólidos con la finalidad de proteger la cabeza del piloto, que es la parte del cuerpo que está más expuesta.
El Halo ha sido diseñado para proteger a los pilotos de golpes de grandes objetos, como pueden ser ruedas o elementos de otros autos, sirviendo también para incrementar la seguridad en caso de vuelco.
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Desde hace unos cuantos años que la categoría buscaba mejorar la seguridad del habitáculo y al respecto se estuvo trabajando en el desarrollo de varias posibilidades, hasta que luego de exhaustivas pruebas, se optó por el halo. Se trata, tal como puede apreciarse en las fotos, de un anillo que rodea completamente el habitáculo y que cuenta con un soporte delantero central ubicado justo frente al piloto.
Los detractores del Halo han expresado que puede ser eficaz para proteger al piloto de golpes de objetos de tamaño grande, pero que, al ser abierta, su estructura no impide que el piloto pueda recibir el impacto de pequeños elementos, tal como le sucedió a Felipe Massa cuando un trozo de la suspensión del auto de Barrichello lo golpeó en su ojo izquierdo.
Además, la instalación del Halo ha provocado diversos inconvenientes a los ingenieros y diseñadores para la construcción de los nuevos autos, debido a los cambios aerodinámicos que produce y también a su peso.
Está construido en titanio y pesa aproximadamente seis kilos. Pero para su colocación y eficacia, se ha tenido que reforzar convenientemente el chasis, lo que ha agregado otros nueve kilos de peso extra. Además, por su elevada ubicación, el halo ha provocado cambios en el centro de gravedad de los autos.
La IndyCar tambié busca soluciones
No sólo la Fórmula Uno está preocupada por aumentar la protección de la cabeza de los pilotos. También la categoría norteamericana IndyCar ha realizado estudios y desarrollos con la misma intención.
Pero en el caso de la Indy, la solución a la que llegaron los diseñadores es mucho más armoniosa y elegante que el Halo, e incluso es similar a la que había probado el equipo Red Bull en su momento.
Se trata del “aeroscreen” o “windscreen”, un tipo de parabrisas envolvente, el cual recubre en forma frontal y lateral el habitáculo, impidiendo el ingreso de elementos que puedan dañar al piloto. Ya fue probado en distintas condiciones de luminosidad y el resultado fue satisfactorio, aunque el piloto tester, Scott Dixon, se quejó del gran aumento de temperatura en la cabina.
También habrá que evaluar si es efectivo cuando llueva.