Citroën DS3 Chic, herencia de familia
Ya consolidada como marca, la que hasta ahora conocimos como línea DS completa su gama con un amplio abanico de productos, algunos con énfasis en la deportividad, tal como los DS3, y otros situados en la gama alta, distinguidos y con un nivel superior.
Dentro del los DS3, se encuentra una versión interesante llegada al país hace pocos meses, que mantiene buena parte de los atributos originales del modelo pero con una motorización más chica.
En apariencia, todas las variantes son muy semejantes y corresponden perfectamente al segmento de los compactos, con una longitud total de 3.948 mm. Representan la esencia más pura de su franja pues ofrecen virtudes espaciales y de comportamiento típicas de los vehículos de porte mayor.
Las líneas exteriores no demuestran ni la más mínima intención de ocultar su genética deportiva, ampliamente comprobada con los éxitos logrados sobre las pistas del Campeonato Mundial de Rally. Es una combinación bien lograda de modernismo, agresividad y elegancia, que a la vista resulta sumamente atractiva.
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De frente, los grandes faros principales, acompañados de los neblineros y las luces diurnas de led dispuestas verticalmente, se suman a la amplia parrilla central para generar una mirada inconfundiblemente fuerte.
A los lados, los puntos destacables son la ausencia del parante central que entre otros beneficios admite puertas muy amplias, y las elegantes llantas deportivas que según la versión, pueden ser de 16 o 17 pulgadas calzadas con neumáticos de perfil bajo.
Por dentro también hay un equilibrio notable entre su carácter deportivo y los atributos elegantes y de confort, características tradicionales de Citroën. El panel frontal no exagera en la proliferación de perillas y comandos, pero sin que ello conspire contra el equipamiento.
Las butacas delanteras permiten un buen calce para el cuerpo, con abundante espacio hacia todos lados, mientras que atrás, si bien es un poco más ajustado, brinda comodidad suficiente para alojar hasta tres personas sin inconvenientes.
El acceso a este sector se facilita en gran forma por el sistema de las butacas que al accionarse, además de reclinar los respaldos, las desplazan hacia adelante ampliando sustancialmente el área de paso.
Todos los materiales son agradables al tacto y naturalmente, como corresponde a un auténtico producto francés, los encastres y las terminaciones de fabricación son perfectas.
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Las tres versiones presentes en nuestro mercado, vienen muy equipadas de fábrica. Sobresalen los seis airbags (frontales, laterales delanteros, y laterales de techo delanteros y traseros), frenos con ABS y AFU (ayuda al frenado de urgencia), ESP (control de estabilidad), REF (repartidor electrónico de frenado), bloqueo central y automático en movimiento, aire acondicionado (o climatizador en el tope de gama), vidrios y espejos eléctricos, guantera refrigerada, seis parlantes, computadora, perfumador de ambiente, regulador y limitador de velocidad, radio cd y MP3 con mando satelital, etc.
También las opciones mecánicas son tres y definen su denominación: el 1.2 VTI 82 Chic, 1.6 VTI 120 So Chic y el mayor, 1.6 THP 155 BVM6 Sport Chic.
El primero lleva un motor 1.2 de 3 cilindros y 82 CV de potencia, el segundo es 1.6 de 4 cilindros y con 120 caballos y el último, también como éste último pero con turbocompresor, inyección directa y 156 CV. Las transmisiones son manuales de 5 marchas para los dos primeros, y de seis para el más potente.
Probamos el 1.2 Chic, y para ello asumimos el desafío de ponerlo en la pista del autódromo de El Pinar, gracias a la buena disposición del presidente de AUVO, Marcelo Mantegaza, quien aprobó la autorización correspondiente.
Sin perder de vista que se trata de un auto urbano, las prestaciones que ofrece en esas condiciones son maravillosas. El motor empuja con buena disposición y gracias a la sociedad establecida con la caja de cambios, super precisa y firme, permite disfrutar de un manejo divertido y bastante extremo.
También el sistema de suspensión hace su aporte. Se siente bien plantado sobre el piso y en ningún momento amenaza con perder la compostura.
Naturalmente que esas virtudes aplicadas al tránsito cotidiano de la ciudad, hacen del DS3 Chic un coche disfrutable, dócil, que responde bien cuando la situación lo requiere sin necesidad de buscar el cambio anterior. Es silencioso y brinda un confort de marcha que contempla con acierto las irregularidades de nuestros asfaltos.
Definitivamente, por atributos mecánicos, diseño, equipamiento y tecnología, el DS3 Chic es un auto apetecible, que invita a disfrutar el placer de manejar en un ambiente de confort refinado.
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Sin dudas, auténticamente chic.
Nota y Fotos: Luis César Piedra Cueva – Autoanuario
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