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El célebre actor Steve McQueen siempre fue un auténtico fanático de las carreras de autos.
Hasta tal punto llegó su pasión por el automovilismo deportivo, que tomó parte en varias competencias, pero el máximo grado de fanatismo fue cuando encaró el proyecto de realizar una película basada en la carrera de las 24 Horas de Le Mans, teniéndolo a él mismo como protagonista, compitiendo de igual a igual, a bordo de un Porsche 917, con los más destacados pilotos de la época.
El punto de partida de McQueen para realizar la película con él como protagonista compitiendo fue su gestión en las 12 Horas de Sebring de 1970, competencia en la que finalizó en la segunda posición con un Porsche 908.
Ahora, ese Porsche 917, protagonista de la recordada película, saldrá a la venta en el estado de Florida el próximo mes de enero en la subasta que realizará la reconocida empresa Mecum Auctions.
Sin ninguna duda que este auto es uno de los más famosos y admirados de su generación, debiendo reconocerse, además, que es uno de los autos más lindos de competición de todos los tiempos.
Se trata de un Porsche 917K fabricado en el año 1969 y señalado con el número de chasis 917-022, que fue adquirido directamente por la empresa propiedad de McQueen. Originalmente estaba equipado con un motor boxer V12, refrigerado por aire, de 4.494 cc., que erogaba 580 CV a 8.400 rpm y estaba asociado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades.
En la famosa recta “des Haunaudières” de Le Mans lograba superar los 370 kilómetros por hora.
Con ese auto, el propio McQuenn pretendía correr las 24 Horas y podría haberlo hecho compartiendo la conducción del Porsche con Jackie Stewart.
Pero cuando el actor planteó su idea a la productora de la película, se la descartaron de inmediato debido al riesgo que suponía la participación de McQueen en la carrera, con la posibilidad de sufrir un accidente, lo que complicaría el normal desarrollo de la filmación, provocando atrasos en caso de que sufriera lesiones.
Por ese motivo, la empresa productora de la película inscribió en la competencia un Porsche 908/2 modificado, el que estaba equipado con cámaras ubicadas en la parte delantera y trasera, para poder tener, de la mejor manera posible y teniendo en cuenta las posibilidades técnicas de aquella época, las mejores tomas reales en carrera. Finalmente, ese Porsche, fue conducido por los pilotos Herbert Linge y Jonathan Williams.
Luego de finalizada esa edición del año 1970 (ganada por un Porsche, al igual que la del año siguiente), un equipo de más de 200 personas continuó trabajando en el famoso circuito de La Sarthe para completar todas las horas de filmación necesarias, contando también con el aporte de 19 cámaras que se habían colocado en diferentes sectores del circuito durante la carrera.
Entre ese personal, se encontraban más de 50 pilotos, varios de ellos de renombre, como Jacky Ickx, Gérard Larrousse, Richard Attwood y Derek Bell, entre otros, quienes estuvieron conduciendo 25 autos de carrera, entre ellos varios Ferrari y Porsche.
Por su parte, McQueen utilizó su propio Porsche 917 para sus tomas personales.
El libreto de la película indicaba que el auto debía terminar destrozándose, a lo que el actor se opuso terminantemente, por lo que para grabar esa escena del accidente se utilizó el chasis de un Lola T70, al que se le adaptó la carrocería de un Porsche.
Lo cierto es que, luego de haberse hecho famoso en la película, el Porsche 917K chasis 917-022, un tiempo después fue adquirido por los pilotos Reinhold Joest y Brian Redman y luego le fue vendido a Richard Attwood, quien, en el año 2000 se lo vendió a un coleccionista, Frank Gallogly.
El último comprador fue el cómico Jerry Seinfeld, que lo adquirió en 2001.
Seinfeld se ha ocupado de realizar una notable tarea de restauración en el 917, la que le fue encomendada a un famoso restaurador de California, que lo dejó tal como se usó en la película.
La subasta se va a realizar el sábado 18 de enero en Kissimmee, Florida, por parte de la ya nombrada empresa Mecum Auctions.
En referencia al probable valor de la venta, se puede tomar en cuenta el antecedente de Gooding & Company, que en el año 2017 comercializó un 917K, que también fue utilizado en la filmación de la película, por el que un interesado pagó 14 millones de dólares.
Como éste es el Porsche que fue propiedad de McQueen y que lo utilizó el propio actor en la película, se estima que el precio final podría llegar a superar los 20 millones de dólares.