Nelson Vicente – Contacto:[email protected]
Unas semanas atrás, en nuestra ya habitual página Leyendas del motor, de Ovación, presentábamos la historia de Jack Brabham, el único piloto que fue campeón del mundo de Fórmula Uno conduciendo un auto de su propio equipo. Y dentro del artículo hicimos referencia al insólito Brabham BT 46B, más recordado como “el ventilador”, auto que corrió una sola carrera por el mundial, el Gran Premio de Suecia de 1978, ganándola cómodamente con Niki Lauda.
Atendiendo las solicitudes y los comentarios de nuestros lectores, hoy vamos a referirnos específicamente a ese inédito auto, que con una sola presentación en un gran premio se ganó un destacado lugar en la historia de la Fórmula Uno.
Para comenzar a comentar lo que fue el BT 46B creado por Gordon Murray, hay que ubicarse en la temporada 1978 del Campeonato Mundial de Fórmula Uno, en la que el Lotus 78 de Colin Chapman, conducido por Mario Andretti era el gran protagonista del certamen gracias a su novedoso y efectivo efecto suelo, lo que le daba un gran rendimiento, sumamente superior a los autos de sus rivales.
Para empeorar la situación de sus rivales, la versión siguiente, el Lotus 79, dispuso de mayor performance, por lo que Andretti terminó adjudicándose el título mundial.
Murray pretendió oponerse al Lotus, pero una de las dificultades que tenía era el gran tamaño del motor V12 Alfa Romeo. De todas maneras, estudiando a fondo el reglamento, descubrió alguna “laguna”, por lo que se puso a diseñar el nuevo auto que también tendría efecto suelo, utilizando faldones laterales y contando con un ventilador ubicado en la parte trasera que succionaba el aire debajo del piso, tomando como ejemplo al Chaparral J2 de la categoría Can-Am.
Al presentar el auto en el Gran Premio de Suecia, Murray adujo que el ventilador era utilizado para refrigerar el motor, lo que permitió que fuera aceptado en el gran premio, al ser considerado legal.
Para mitigar las protestas, Ecclestone hizo salir a clasificar a los dos autos, con Niki Lauda y John Watson como pilotos, con los tanques de nafta llenos y los neumáticos más duros.
Andretti hizo la pole, seguido por Watson y Lauda, apaciguando así los ánimos.
Por las dudas, antes de largar la carrera, Bernie volvió a recomendarle a sus pilotos que fueran benévolos con sus rivales y que no mostraran todo el potencial del auto. Watson abandonó por rotura del motor, pero Lauda ganó con más de medio minuto de ventaja sobre su escolta.
Al final de la carrera se desató el escándalo, con airadas protestas de los otros equipos, que aducían que el auto era ilegal, intentando dura y vehementemente que se le impidiera volver a presentarse en las fechas siguientes.
La polémica estaba instalada y, cuando no, Ecclestone estaba en el medio.
Era el dueño de Brabham, pero también era el patrón de la FOCA, la Asociación de Constructores de la Fórmula Uno.
Por un lado estaban los intereses del equipo Brabham y por el otro se encontraba la participación de Ecclestone en la FOCA, en cuyo frente ya estaba destacándose netamente
La situación se tornaba insostenible.
A pesar de estar amparado por el reglamento, porque el ventilador servía para enfriar el motor del auto, el BT 46B fue declarado ilegal por el peligro que ocasionaba el ventilador, tirando piedras y polvo.
Ante la disyuntiva planteada, Bernie aceptó el fallo muy “diplomáticamente”, sacando de circulación al auto, el que, finalmente corrió solamente ese gran premio y se retiró “invicto” de la Fórmula Uno.
El Chaparral J2, origen del Brabham “ventilador”
En el año1970, el texano Jim Hall tenía sus autos preparados por Chaparral Cars compitiendo en la Canadian-American Challenge Cup (Can-Am), una importante categoría estadounidense, una de cuyas características era que sus participantes disfrutaban de muy pocas restricciones en el reglamento técnico, lo que permitía que verdaderos engendros se enfrentaran en las pistas.
Uno de estos era el Chaparral J2.
Se trataba de uno de los autos más feos y espantosos de los que se tenga memoria. Era “una caja de zapatos con ruedas” para sus detractores, o un “fan car” (auto ventilador) para quienes eran más benévolos en sus comentarios.
Pero, en definitiva, se trataba de un auto revolucionario, poseedor de una inédita tecnología que, con sus dos ventiladores ubicados en la parte trasera, le permitían contar con un poderosísimo efecto suelo, el cual incrementaba notablemente su performance, siendo uno de los primeros autos que utilizaron el sistema de efecto suelo.
Para maximizar el resultado de su invento, Hall colocó faldones laterales, los que asistían eficazmente a la succión que generaban los ventiladores, los cuales funcionaban con el motor de una moto de nieve.
Con esto, Hall logró el resultado deseado, marcando una notable diferencia con sus rivales, los que reaccionaron rápidamente exigiendo que el J2 dejara de usarse por el peligro que generaba al expulsar hacia los pilotos que venían atrás, todo lo que había en el suelo de los circuitos.
Finalmente las autoridades deportivas le dieron la razón a los detractores, por lo que el Chaparral no pudo seguir compitiendo.