Uno de los mayores desafíos que enfrentaba Liberty Media cuando se hizo cargo de la gestión comercial de la Fórmula Uno era el de poder llegar a un acuerdo con la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y con los equipos para firmar un nuevo Pacto de la Concordia. Finalmente, todas las gestiones tuvieron un exitoso final, lográndose de esa manera dejar asentados diversos aspectos del funcionamiento de la categoría, tales como el reparto de las utilidades económicas, los derechos de televisación y la bolsa de premios, como así también algunos aspectos técnicos.
La denominación de Pacto de la Concordia surge de la ubicación de la sede de la FIA, frente a la Plaza de la Concordia, en París. El primer pacto se firmó en 1981, con la desaparecida FOCA, con Bernie Ecclestone al frente. El pacto actual data del año 2013 y también tuvo como principal protagonista al multimillonario empresario británico.
El nuevo pacto comenzará a regir en 2021 y se extenderá hasta 2025. La reducción de los topes presupuestarios y un reparto económico más equitativo entre todos los equipos debería permitir una mayor competitividad en pista. Así lo estima Chase Carey, de Liberty Media, quien señaló que el público quiere ver carreras más atractivas y que todos los equipos tengan posibilidades de acceder al podio.
Carey expresó textualmente en un comunicado: “Todos los aficionados quieren ver carreras más apretadas, acción rueda a rueda y que todos los equipos tengan opciones al podio. El nuevo Pacto de la Concordia, junto con las normas para 2022, sentará las bases para hacer esto realidad y crear un entorno financieramente más justo que disminuya las distancias entre los equipos en pista”.
Con respecto al tema del reparto de las ganancias y de la bolsa de premios, los responsables del equipo Mercedes si bien firmaron el nuevo pacto, se mostraron muy molestos. El director de la escuadra germana, Toto Wolff manifestó que Mercedes es la mayor víctima en lo que se refiere al dinero perdido por la nueva forma de reparto.
Wolff señaló que dejaron bien en claro que están a favor de un reparto más equitativo de los premios, señalando que también se debe recompensar el éxito, lo que, según su opinión, no ha sido tenido en cuenta. El director de Mercedes añadió que Ferrari mantuvo una posición ventajosa, mientras que el equipo Red Bull equilibra sus ingresos por intermedio de su equipo “B”, la escudería Alpha Tauri, anteriormente denominada Toro Rosso.
“Nosotros somos lo que más sufrimos el nuevo acuerdo”, terminó señalando Wolff.
Por otra parte, uno de los principales aspectos del nuevo pacto es que el equipo Ferrari mantiene su derecho a veto. Un privilegio logrado en la época en la que Bernie Ecclestone era dueño y señor de la Fórmula Uno y que le permite a la escudería de Maranello tener la última palabra sobre nuevas medidas que pudieran tomarse, con el que puede impedir la aplicación de reglas que no sean de interés para el equipo italiano.
Para Ecclestone, Ferrari, (el único equipo presente desde 1950 en todas las ediciones del campeonato mundial y que, además, es el más exitoso de la historia de la Fórmula Uno moderna), siempre fue su “preferido” y nunca negó tal preferencia, lo que fue muy bien aprovechado por la escudería de Maranello para disfrutar de ciertos privilegios, contando con un trato especial.
En los últimos tiempos, como forma de presionar, Ferrari había incluso vuelto a amenazar con retirarse de la Fórmula Uno (como lo había hecho en varias oportunidades) para incorporarse a otros campeonatos internacionales.
Pero finalmente, la escudería de Maranello consiguió lo que quería, tal como lo ha expresado en declaraciones a la prensa italiana su director, Mattia Binotto, quien comentó que Ferrari había podido mantener lo que es primordial para el equipo, el derecho a veto, que marca la importancia de la marca en la Fórmula Uno y también es un índice de lo que representa Ferrari en la historia de la categoría.
