Lewis Hamilton ganó ayer el Gran Premio de Gran Bretaña, que fue la cuarta fecha del Campeonato Mundial de Fórmula Uno. El británico consiguió su tercer triunfo consecutivo de la temporada y el séptimo en el legendario circuito británico, afianzándose en la vanguardia del certamen.
Largando desde el primer lugar de la grilla, Hamilton dominó el gran premio de principio a fin, pero el final de la competencia se tiñó con un tono dramático, agregando una cuota de intriga, porque en la última vuelta su Mercedes sufrió la rotura de un neumático, lo que planteó la duda, si el inglés podría mantener el primer lugar o si podría llegar a ser superado por su escolta, Max Verstappen, con un Red Bull.
Afortunadamente para los intereses de Hamilton la rueda aguantó los pocos metros que quedaban hasta la línea de llegada, permitiendo la victoria del británico. Su coequipier, Valtteri Bottas, venía haciendo una gran carrera, ubicado en el segundo lugar, pero faltando tres vueltas también tuvo la rotura de una goma, que lo obligó a entrar a boxes para cambiar los neumáticos, retrasándose, hasta terminar en el undécimo lugar y sin poder sumar puntos.
Esta fecha seguramente tuvo un sabor agridulce para Verstappen, quien venía tercero y, favorecido por el retraso de Bottas, terminó segundo. Pero el holandés bien podría haber sido el ganador de la carrera, pero un error de estrategia de su equipo lo privó de la victoria.
Faltando dos vueltas, el equipo Red Bull llamó a boxes al holandés para cambiar neumáticos con la finalidad de tratar de lograr el récord de vuelta, que otorga un punto extra para el campeonato. A esa altura, Verstappen no podía alcanzar a Hamilton y el tercero, Charles Leclerc, estaba lejos como para poder llegar a poner en riesgo el segundo lugar del holandés. Verstappen cambió gomas y cumplió el objetivo, marcando el mejor tiempo de vuelta, pero perdiendo la posibilidad de ganar la carrera.
La cuenta es bien clara: por ganar un punto, se perdieron de obtener 25. Pero por supuesto que todo esto está en el plano de la hipótesis y es como se dice popularmente: “Con el diario del lunes abajo del brazo, todo el mundo opina del resultado”.
Si en el equipo Red Bull hubieran percibido el mal estado de los neumáticos de Hamilton, que venían ampollándose y hubieran tenido en cuenta, además, la rotura de la goma que se había producido antes en el auto de Bottas, bien podrían haber cambiado la táctica, previendo una rotura del neumático del inglés, manteniendo al holandés en pista, lo que, indudablemente, le hubiera dado la victoria, porque la diferencia final con respecto a Hamilton fue de menos de seis segundos.
Charles Leclerc se las ingenió nuevamente para estar en el podio, terminando tercero, con un Ferrari que dista de contar con una gran performance. La cuarta posición fue para Daniel Ricciardo con Renault, seguido por Lando Norris (McLaren) y Esteban Ocon (Renault).
