Con una gestión prácticamente apabullante a lo largo de la temporada, Lewis Hamilton obtuvo el pasado domingo en el circuito texano de Austin su sexto Campeonato Mundial de Fórmula Uno, que además, es el tercero consecutivo que logra el excepcional piloto inglés.
De los 19 grandes premios disputados, Hamilton obtuvo la victoria en 10, marcando junto a Valtteri Bottas, su compañero del equipo Mercedes, una excepcional performance, porque el finlandés obtuvo cuatro victorias.
El comienzo de la temporada ya marcó claramente el predominio de los pilotos de Mercedes, que ocuparon los dos escalones más altos del podio en las cinco primeras fechas, turnándose además en la victoria hasta el octavo gran premio. Recién en la novena fecha Max Verstappen pudo romper la hegemonía que venían teniendo las flechas plateadas, al lograr la victoria en el Gran Premio de Austria con su Red Bull. El holandés también ganó en Alemania, una victoria muy trascendente por tratarse, no solamente, del feudo de Mercedes, sinom porque además la marca germana estaba conmemorando sus 125 en el automovilismo.
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Las otras tres victorias del año le correspondieron a los pilotos de Ferrari. Charles Leclerc ganó en Bélgica y en Monza, mientras que Vettel triunfó en Singapur. De todas maneras, un cosecha bastante magra para todo lo bueno que había insinuado la escudería de Maranello en las pruebas previas al inicio de la temporada. Una vez más, serias equivocaciones y falencias del equipo, sumadas a algunos errores de los pilotos, impidieron lograr mejores resultados. Por si fuera poco, además del impactante comienzo de temporada, las flechas de plata lograron el 1-2 en cuatro carreras más, por lo que no fue sorpresa que la dilucidación del campeonato estuviera limitada a sus dos pilotos, con un neto y lógico predominio de Hamilton sobre Bottas, quedando sus rivales fuera de las posibilidades de aspirar el campeonato muchas fechas antes del final de la temporada, tal como se preveía.
Esta impresionante performance de sus pilotos le permitió a Mercedes adjudicarse el Campeonato Mundial de Constructores en el Gran Premio de Japón, cuatro fechas antes del final de la temporada. De esta manera, la escuadra germana volvió a ratificar el dominio que ha venido teniendo desde el año 2014, cuando comenzó la era de la hibridación en la Fórmula Uno. A partir de ese momento, Mercedes ha logrado los seis certámenes en disputa, marcando un absoluto dominio con los cinco títulos de pilotos logrados por Hamilton y uno más por parte de Nico Rosberg. Acelerada a acelerada, Lewis Hamilton se está acercando a los récords marcados por Michael Schumacher, quien hasta el momento, es el piloto más exitoso de toda la historia de la Fórmula Uno.
Schumacher tiene 91 triunfos, siete títulos mundiales y subió al podio en 155 grandes premios. Hamilton, a sus 34 años, ya lleva 83 victorias, seis títulos y 150 podios. El inglés hace ya un buen rato que superó al alemán en cantidad de “pole positions”. Hamilton lleva 87, mientras que Schumi había conseguido 68. Si bien no hay que aventurarse, todo permite vaticinar que el piloto británico seguramente todavía tiene unas cuantas temporadas más para estar en la Fórmula Uno, categoría en la que debutó con McLaren en el Gran Premio de Australia de 2007. Ese año obtuvo su primera victoria en Canadá y al año siguiente logró su primer Campeonato del Mundo. Los otros cinco títulos los obtuvo con Mercedes, equipo al que se incorporó en el año 2013.
