Luego de varios meses de gestiones, idas y venidas, marchas y contramarchas, finalmente ha quedado definido que el Gran Premio de Brasil de Fórmula Uno, continuará teniendo su sede en el autódromo José Carlos Pace de San Pablo, descartándose de esa manera que la competencia mundialista retornara a Río de Janeiro.
Este ha sido otro golpe para Liberty Media, la empresa que maneja los derechos de la Fórmula Uno, que en el mes de junio de 2018 ya había comenzado a realizar los contactos para llevar el gran premio a la ciudad carioca.
El proyecto de Río de Janeiro, que en su momento estuvo avalado por el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, consistía en la construcción de un nuevo autódromo que sustituyera al legendario Jacarepaguá, demolido en 2012, para dar lugar al Parque de los Juegos Olímpicos de 2016.
La ubicación del nuevo circuito iba a ser en el bosque de Camboatá, ubicado en el barrio de Deodoro, en una zona de acceso restringido, que se utilizaba para maniobras militares, pero que está prácticamente abandonada.
Pero el proyecto fue rápidamente rechazado por los habitantes del barrio, apoyándose en las restricciones de medio ambiente, oponiéndose férreamente a la tala de árboles, por lo que, finalmente, ante la total negativa de la Comisión de Medio Ambiente, el proyecto quedó cancelado.
Incluso quienes impulsaban la construcción del nuevo circuito, se habían comprometido a replantar los árboles que tuvieran que cortarse, o plantar nuevos, pero nada sirvió para lograr concretar el proyecto.
A la negativa presentada por diferentes asociaciones ambientalistas y también por comisiones de vecinos se sumó la opinión del piloto Lewis Hamilton, quien expresó su firme oposición a la tala de árboles para construir el circuito carioca.
En definitiva, al menos por el momento, el autódromo Ayrton Senna de Río de Janeiro no es más que otro proyecto frustrado.
Además, San Pablo ha firmado un nuevo contrato con Liberty Media, asegurándose ser la sede del Gran Premio de Brasil hasta el año 2025.
