Desde que se alejó del Campeonato Mundial de Fórmula Uno, categoría en la que se coronó en 2005 y 2006 con el equipo Renault, Fernando Alonso se ha dedicado a buscar nuevos horizontes y desafíos en el ámbito del automovilismo deportivo mundial.
De esa manera, ha encarado la disputa del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), consagrándose campeón en la temporada 2018/2019, logrando también dos victorias en la emblemática carrera 24 Horas de Le Mans, consiguiendo todos esos éxitos con el equipo Toyota Gazoo Racing. También con Toyota debutó este año en el Rally Dakar que tuvo lugar en Arabia Saudita.
Para el piloto asturiano su mayor desafío es obtener la legendaria “Triple Corona” del automovilismo mundial, integrada por tres de las más importantes y emblemáticas competencias: el Gran Premio de Mónaco de Fórmula Uno, las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis. Esta última es la única competencia que le falta ganar al español. El británico Graham Hill es el único piloto que ha logrado conseguir ese halago, que en realidad es un gran reconocimiento al talento y la versatilidad de un piloto, pero sin llegar a tener carácter oficial.
Pero otro de los desafíos era intentar obtener otro campeonato de enorme importancia, como lo es el de la categoría estadounidense IndyCar, que el asturiano sumaría a sus títulos en Fórmula Uno y en el Mundial de Resistencia.
En caso de obtener la “Triple Corona”, Alonso sería el segundo piloto en conseguir ese halago, pero si pudiera obtener el título de campeón en IndyCar, sería el primer piloto en la historia que lograría coronarse en tres de las más importantes categorías del automovilismo mundial, lo cual ampliaba notoriamente la jerarquía de la conquista.
Era una opción que Alonso estudió y manejó durante bastante tiempo, pero de la que, por el momento, desistió.
En declaraciones realizadas recientemente a la prensa española, el piloto asturiano comentó que hace dos años se había planteado seriamente correr durante todo el campeonato de la IndyCar, pero que actualmente descartó esa posibilidad.
Alonso comentó que para poder integrarse a la categoría norteamericana a temporada completa, se requiere de un gran nivel de preparación y de compromiso, además de tener para él la desventaja del desconocimiento de la mayoría de los circuitos, por lo que a esta altura de su vida, no le genera mayor interés.
Ahora, el asturiano tiene centrada su atención y su preparación para lo que será la edición 104 de las 500 Millas de Indianápolis, competencia que debería haberse disputado a fines de este mes, pero que por la pandemia de coronavirus fue postergada para el 23 de agosto.
Luego de su pobre participación en las 500 Millas de 2019, cuando ni siquiera pudo clasificar entre los 33 pilotos habilitados para largar la carrera, este año Alonso estará a bordo de un auto del equipo Arrow McLaren SP, escudería que es el resultado de la alianza para IndyCar del equipoSchmidt Peterson Motorsports (con el que Santi Urrutia corriera en Indy Lights) y de la legendaria escudería británica de Fórmula Uno. El auto del equipo Arrow McLaren SP, utiliza un chasis Dallara, equipado con un motor Chevrolet.
En principio, Alonso pretendía correr con el equipo Andretti Autosport, el cual utiliza motores Honda, pero la marca japonesa vetó su integración al equipo de Andretti, dada la gran relación que el español tiene con Toyota.
La primera incursión del asturiano en Indianápolis fue en el año 2017, cuando tuvo que abandonar a 21 vueltas del final, estando ubicado en ese momento en la séptima posición.
