Cuando el empresario canadiense Lance Stroll compró el 16.7% del paquete accionario de Aston Martin, mediante una inversión de 216 millones de euros, con lo que se transformó en el nuevo presidente ejecutivo de la legendaria marca británica, no solo marcó un hito en la historia de la industria automotriz, sino que la negociación también tuvo directas e importantes consecuencias para la Fórmula Uno.
En su momento, los accionistas de Aston Martin dieron su consentimiento para el aumento de fondos por un total de 536 millones de libras (unos 606 millones de euros), con una inyección de 260 millones de libras (294 millones de euros, aproximadamente) de capital, abriendo de esa manera una nueva etapa en la trayectoria de la emblemática compañía británica.
El grupo inversor Yew Tree Consortium, liderado por el multimillonario canadiense, aporta unos 260 millones de euros, tomando parte de esa manera en el emprendimiento.
Todo esto ha traído como directa consecuencia en el plano deportivo el retorno de manera oficial de Aston Martin al Campeonato Mundial de Fórmula Uno, el que se producirá a partir de la temporada 2021.
En octubre de 2017 se había firmado un acuerdo, mediante el cual Aston Martin había ingresado a la Fórmula Uno tomando parte, como auspiciante, del equipo Red Bull, el que, a partir de 2018, había pasado a llamarse oficialmente Aston Martin Red Bull Racing. Ese contrato finaliza a fines del presente año.
Pero ahora, la situación es bien diferente, porque desde el año próximo, la legendaria marca británica estará oficialmente en la Fórmula Uno, con su propio equipo, tomando como base a la actual escudería Racing Point F1 Team, de la que Stroll ya era su principal accionista.
En el mes de agosto de 2018, Stroll adquirió el paquete mayoritario de lo que hasta ese momento era el equipo Force India, una escudería que estaba atravesando por una complicada situación económica debido a las enormes deudas que tenía su dueño, el indio Vijay Mallya, quien se vio obligado a desprenderse del equipo. En 2008 Mallya había adquirido al equipo Spyker, iniciando así su aventura en la Fórmula Uno. El recordado equipo Jordan, con el que Michael Schumacher debutó en Fórmula Uno, es el origen de todas esas escuderías, las que fueron vendiéndose y cambiando de nombre con el paso de los años.
El año pasado, Lance Stroll dejó, lógicamente, al equipo Williams, para pasar a integrar la escudería adquirida por su papá, en la que se mantiene actualmente, y, por supuesto, seguirá integrando en el futuro.
El otro piloto de Racing Point es el mexicano Sergio Pérez, que cuenta con el padrinazgo de su multimillonario compatriota Carlos Slim, quien en su momento realizó una fuerte inversión económica en el equipo Force India. Pérez tiene contrato vigente.
La venta de Aston Martin no ha sido para nada sorpresiva, al contrario, se esperaba desde hace ya un buen tiempo viendo los malos resultados económicos que estaba teniendo la empresa que tiene su sede en la localida británica de Gaydon. Al comienzo de este año, diversas informaciones generadas por varios medios de prensa europeos también habían informado del interés del Grupo Geely por acceder a comprar la parte mayoritaria del paquete accionario de la icónica marca inglesa, la que había estado buscando inversores capaces de darle una buena inyección económica, con la finalidad de poder estabilizar su vacilante estado financiero.
Contrariamente a lo que sucede con varias marcas Premium y de lujo, Aston Martin es una empresa que no ha pertenecido a ninguno de los gigantescos grupos de la industria automotriz, tal como acontece, por ejemplo, con Ferrari, Rolls-Royce y Bugatti, entre otras.
