A pocos días de haber informado que había batido su propio récord de ventas anual, al haber podido comercializar a lo largo del año 2019 367.500 unidades, lo que representó un crecimiento en las ventas de un 50% con respecto al año anterior, motivando los lógicos festejos, Tesla vuelve a ser noticia, pero en este caso por un hecho que no da motivos para el festejo, porque se trata de una investigación por supuestos casos de aceleración voluntaria de algunos de sus modelos.
El constructor californiano de vehículos eléctricos se ha visto involucrado en una investigación por parte de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés), debido a que más de un centenar de vehículos fabricados por Tesla han sufrido situaciones con una repentina aceleración involuntaria.
La NHTSA ha tomado cartas en el asunto debido a que en su órbita han sido presentadas 127 reclamaciones con incidentes de ese tipo por parte de diferentes usuarios.
De acuerdo a lo que ha podido saberse, de esas 127 reclamaciones, 110 provocaron siniestros de tránsito y en 52 de los casos se produjeron heridos, lo cual ha provocado una lógica alarma.
Lo que sí se ha podido informar hasta el momento, es que algunas unidades de Tesla se han acelerado solas, sin que el conductor realizara ningún tipo de maniobra en ese sentido, por lo que la responsabilidad supuestamente parece radicar en el mal funcionamiento de alguno de los sistemas del auto o, directamente, por algún defecto en la fabricación.
Por supuesto que también hay quienes sostienen que este tipo de incidentes pueden haberse producido por errores humanos, descartando fallas de funcionamiento o fabricación.
El último de los siniestros se produjo en China, más precisamente en Shanghái, donde un Model S terminó sumergido en un río.
Por parte de Tesla se ha informado que se han investigado todos estos acontecimientos, analizándose los registros de los autos, dando como resultado que los siniestros fueron debidos a errores humanos, por el accionamiento incorrecto del pedal del acelerador por parte de los conductores.
La única certeza que hay hasta el momento radica en que la investigación por parte de la NHTSA está en marcha y su resultado final está concitando un gran interés en diversos ámbitos.
